El autobús de Hazte Oír será denunciado por incitación al odio si entra en Navarra
La consejera Ana Ollo dice que "la ciudadanía está alerta" para impedir que circule con mensajes de discriminación contra los derechos de la mujer
Pamplona
El Gobierno de Navarra tiene preparada ya la denuncia que presentará ante los tribunales si el autobús de la organización Hazte Oír entra en Navarra. El Ejecutivo considera que los lemas del autobús constituyen un presunto delito de odio tipificado en el Código Penal y exigirán a los jueces medidas cautelares para evitar que circule por las calles de las ciudades navarras.
Lo ha anunciado la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales Ana Ollo, quien ha dicho que los mensaje de Hazte Oír son "inaceptables en cualquier país democrático que reconoce los derechos humanos" porque, ha añadido Ollo, "estamos hablando de derechos humanos, los derechos de las mujeres". Ningunearla o invisibilizarla diciendo que es violencia doméstica, a juicio del Ejecutivo Foral, es "cuestionar los derechos humanos".
Hazte Oír ha indicado que tiene previsto llegar a Navarra en las próximas horas.
Si entra en Navarra, el Gobierno pedirá de inmediato que se actúe contr él al entender que está difundiendo mensajes de odio y discriminación castigados en el Código Penal, y que no se le permita circular.
Ana Ollo ha concluido su intervención ante el Parlamento de Navarra diciendo: "La ciudadanía navarra está alerta y no va a permitir que se cuestionen los derechos humanos de las mujeres".
El autobús de Hazte Oír intentó circular por Pamplona el 21 de marzo de 2017 con la campaña en la que se podía leer en su carrocería el texto: "Los niños tienen pene; las niñas tienen vulva". A Navarra el autobús llegó con las palabras "pene" y "vulva" tapadas con dos pegatinas con la inscripción "censurado". A su llegada al peaje de Zuasti numerosos manifestantes lo bloquearon produciéndose los primeros incidentes. La Policía Municipal de Pamplona custodió su entrada en la ciudad, que volvió a provocar altercados cuando decenas de personas impidieron que siguiera su marcha. Finalmente fue obligado a salir de la ciudad y tuvo que abandonar la Comunidad foral.