Los hogares de Balears son los que más retroceden en eficiencia energética
El descenso en los últimos tres años es de un 5'3% y podríamos reducir hasta un 25% el recibo eléctrico con medidas de ahorro

Cadena Ser

Palma
Balears es la comunidad autónoma en la que más ha disminuido la eficiencia energética en los últimos 3 años. Ha caído un 5,3%, según datos de la Fundación Naturgy. El mismo informe revela que los residentes en las Islas podríamos reducir la factura eléctrica hasta más de un 25%, con incorporar determinados hábitos de consumo y equipamiento diseñado para el ahorro de energía.
Las Islas han pasado de ser, en 2016, la comunidad más eficiente, un 6,66 sobre un índice de 10, a registrar uno de los niveles más bajos, después de Canarias, Asturias y Navarra. El último estudio reduce la nota en eficiencia energética de los hogares de Balears a un 6,3. La media nacional es de un 6,4 y ha subido más de un 1% en el mismo período.
Este índice mide las mejoras en equipamiento, mantenimiento y cultura de los ciudadanos en materia de eficiencia energética, un aspecto en el que, como decimos, Balears experimenta el mayor retroceso de los últimos años.
Y eso a pesar de medidas como la creación, esta semana, de la comercializadora municipal de electricidad de Palma. Cort ha dado luz verde definitiva a esta comercialización a través de Emaya. Una iniciativa que permitirá reducir un 20% su factura en alumbrado y otros servicios públicos, lo que equivale a un ahorro de 1 millón de euros, pero a más largo plazo existe el propósito de incentivar el autoconsumo, es decir la producción de renovables.
Palma sigue con esto el ejemplo de otros consistorios, entre ellos el de Barcelona, que estudia, además, prestar servicio a una parte de los hogares del área metropolitana. Hay otros ejemplos de comercializadoras municipales en España; los de Avilés, Torrejón de Ardoz o Canfranc, son algunos. Y ayuntamientos como los de Madrid, Vitoria, Pamplona o Zaragoza estudian su viabilidad.
Desde la Fundación para la Eficiencia Energética, su gerente, Víctor Gaceta, asegura que se trata de un sistema que va a ir cada vez a más, y que es especialmente interesante en regiones como la balear, donde la implantación de fuentes fotovoltaicas tiene futuro como complemento a esta medida. Una medida "rentable", según Gaceta, sobre todo para municipios medianos como Palma, aunque puede aplicarse en cualquiera de ellos, independientemente de su tamaño.
Para comercializar su propia electricidad, un ayuntamiento tiene que darse de alta como "gran consumidor" en el registro del Ministerio de Energía, centralizar su facturación y calcular con la mayor previsión posible el consumo de cada hora del día. Además necesita disponer de avales para comprar diariamente la cantidad de energía que va a necesitar. Al suprimirse los intermediarios es posible reducir un poco el coste de esa energía.
En el caso de Palma, el consumo anual de alumbrado supone más de 8,6 millones de kilowatios por hora, y su coste aproximado es 1,1 millones de euros. Con las medidas de ahorro energético que está implantando el Ayuntamiento, entre ellas la sustitución de lámparas, el objetivo es reducir ese gasto a la mitad.




