El Dépor despide a Natxo González

A Coruña

La decisión se tomó este domingo tras la reunión del Consejo de Administración con Carmelo del Pozo. Natxo González ha dejado de ser entrenador del Deportivo y este domingo dirigió por última vez al equipo en Abegondo.

A falta de nueve partidos para el final de la liga, y con el equipo clasificado a día de hoy para jugar el play off de ascenso a Primera, el Deportivo busca un cambio de timón para intentar no perder el ascenso a la máxima categoría. La deriva del equipo en los últimos partidos y la dolorosa derrota ante el Rayo Majadahonda precipitaron el final de la era Natxo González. El veredicto de la grada fue claro: la pañolada con la que acabó el duelo del sábado reabrió el debate en el consejo e hizo dudar al propio Carmelo. Ninguno quiso tomar una “decisión en caliente”. Pasado un día, el consejo dirigido por Tino Fernández decidió despedir a Natxo González.

El vitoriano llegó este verano tras su aventura en el Zaragoza, al que clasificó para la fase de ascenso a Primera, y con el que quedó eliminado en la primera eliminatoria. En este 2019, el balance del Deportivo era demoledor para Natxo González y su grupo. Tan sólo se celebraron tres victorias en este año y Riazor dejó de ser un fortín. A siete puntos del Granada y del ascenso directo, el Deportivo necesita un giro radical para no perder también la vía del play off.

En las próximas horas se conocerá el sustituto del entrenador vasco. El objetivo único es el ascenso a Primera. El martes, se espera que ya dirija al equipo el nuevo cuerpo técnico.

El próximo entrenador del Deportivo será el noveno desde la llegada de Tino Fernández al Deportivo. Antes de Natxo González, dirigieron el banquillo de Riazor Fernando Vázquez, Víctor Fernández, Víctor Sánchez del Amo, Gaizka Garitano, Pepe Mel, Cristóbal Parralo y Clarence Seedorf. La estabilidad en el banquillo, y por lo tanto, en los terrenos de juego, es talón de Aquiles de la gestión de Tino Fernández. Ni siquiera la llegada de Carmelo del Pozo al club ha podido cortar la sangría con los entrenadores.