Hubo que esperar una hora para disfrutar de un gran Viernes Santo

Jerez de la Frontera

Los desfiles procesionales concluyeron este viernes con suspense, el mismo que estuvo presente desde el Miércoles Santo debido a la amenaza de lluvia. En esta ocasión, las cinco hermandades del Viernes Santo consensuaron aguardar una hora hasta que desapareciera por completo el riesgo de precipitaciones.

Por lo demás, la última jornada de procesiones en la Carrera Oficial discurrió con normalidad no exenta de brillantez. Desde la barriada de la Vid llegaba al centro una hermandad cuajada que ha dado pasos de gigante en su estética. Rodeado de un cortejo cada vez más numeroso, el misterio de la Exaltación se ha convertido en uno de los grandes atractivos del epílogo de la Semana Santa. El buen hacer costalero atrajo el mayor número de público, principalmente desde el Carmen hasta Rafael Rivero. La Virgen de la Concepción Coronada estuvo más que a la altura.

En San Pedro el Loreto esperó hasta ultimísima hora para comunicar su decisión de salir, lo que llenó de alegría los aledaños de su templo, donde aguardaba mucho público deseoso de disfrutar del ejemplar cortejo con el único paso, que llevaba además una original capilla de música antigua, con órgano incluido.

De la Victoria salía también una hora más tarde el imponente misterio del Descendimiento y la preciosa imagen de la Virgen de la Soledad. Para enmarcar el regreso de ambos por Plateros, Santo Ángel, Tornería y Porvera. Para muchos, la última cita de la Semana Santa de Jerez.

El Viernes Santo trajo la buena noticia del regreso del Cristo y el Valle a su ermita marinera de San Telmo. Abarrotado el barrio a la ida y a la vuelta. La Expiración y sus hermanos rezuman a Jerez por los cuatro costados. El único pero, la excesiva lentitud con la que la cofradía pasó por la Porvera camino de la Carrera Oficial. Más de una hora que se antoja un tiempo excesivo.

El broche lo puso como siempre en el Calvario el Santo Entierro y la Piedad. Tras el acompañamiento civil y religioso, la cofradía regresaba con lo puesto. Con dignidad y gusto, pero muy sola y desangelada. Por más vueltas que se le de, no parece haber solución más allá de la improbable recuperación de las procesiones el Sábado Santo.

A falta de una hermandad del Resucitado a la que le falta aún tirón, la Semana Santa toca a su fin con el único borrón del Miércoles Santo y con la confirmación del mejor momento de su historia.