La peor noche de la mejor línea

Valencia

El análisis de la derrota de anoche en el Metropolitano debe comenzar y finalizar, obligatoriamente, por la fragilidad en la línea de retaguardia del Valencia. A veces, el fútbol es así de simple. Haber destacado con insistencia el excelente rendimiento de jugadores como Neto, Gayà o Garay durante meses confiere la autoridad moral suficiente como para señalarles después de sus errores individuales ante el Atlético de Madrid. 

El lateral de Pedreguer, por ejemplo, no habrá pasado una buena noche. Se trata de un tipo ganador, competitivo y, como él mismo ya ha evidenciado en diferentes ocasiones después de dolorosas derrotas, autocrítico. Pudo haber hecho más en la jugada del 1-0, dándole demasiada distancia a su buen amigo Juanfran para centrar y, sobre todo, no tuvo el posicionamiento adecuado en el 2-1, perdiendo la referencia de Griezmann a la espalda. 

En la acción del primer tanto atlético también sale fotografiado Ezequiel Garay. El argentino no sujeta a Morata, que le gana la acción y define en el segundo palo con demasiada facilidad. Tampoco estuvo fino Neto en el 3-2. Es innegable que el fuerte golpeo de Correa va ajustado al palo, pero -como ya sucediera en el mismo escenario la pasada temporada- el brasileño hizo la estatua ante un golpeo lejano en el que pudo haber hecho más. 

Dicho esto, la única lectura posible es la de una derrota puntual. El buen tono general del equipo desde el punto de vista defensivo hace pensar que lo sucedido anoche en Madrid responde únicamente a un accidente. Neto, Garay o José Luis Gayà -internacional con absoluto merecimiento- se han ganado la confianza del entorno. Tienen por delante siete finales -ojalá sean ocho- para resarcirse.