Sociedad
Abuso menores

Visto para sentencia el juicio contra el profesor de piano

En la última jornada del juicio oral, el acusado ha rehusado hacer uso de su derecho a la última palabra

El juicio comenzó el pasado miércoles y se ha desarrollado en cuatro jornadas / Cadena SER

Cuenca

El juicio oral contra el profesor del Conservatorio de Cuenca acusado de agresión sexual y abusos sexuales a menores, para el que se piden 56 años de cárcel, ha quedado visto para sentencia después de que las partes hayan presentado sus conclusiones finales.

El ministerio fiscal ha mantenido su petición de pena por los trece delitos de los que le acusa, entre los que se encuentran agresión sexual, abuso sexual a menores, contra la integridad moral, contra la libertad sexual o exhibición de material pornográfico.

La fiscal ha aseverado que el acusado, J.M.M.T., mantuvo durante años una relación de “control emocional” con varios de sus alumnos, en diferentes épocas pero con un mismo “hilo conductor”: se trataba de personas tímidas, introvertidas, a las que empezó a dar clase a una edad temprana –entre ocho y nueve años-, y que deseaban triunfar en el mundo del piano, por lo que tenían con él una relación de “dependencia”.

A todos ellos, según la fiscal, les dispensaba en las clases un trato agresivo, humillante o vejatorio, y en el caso de algunas de las alumnas, llegó a tocamientos de índole sexual o penetraciones, en el propio Conservatorio o en su casa, cuando acudían a clases de refuerzo.

La acusación particular también ha destacado la “coherencia” de las declaraciones de los denunciantes, y el “miedo” que sufrían al pensar que el resto de gente les acabase culpando a ellos, lo que les llevó a no presentar denuncia.

La defensa, por su parte, considera que las acusaciones no han presentado pruebas de ninguno de los hechos más allá de las declaraciones de los denunciantes, que considera “inciertas” porque incurre, a su juicio, “en contradicciones”.

Asimismo, y desde el punto de vista puramente procesal, considera que muchos de estos “presuntos delitos” prescriben a los tres o cinco años de cumplir el denunciante la mayoría de edad, algo que ha ocurrido en la mayoría de los casos.

El acusado no ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra y se ha remitido a la declaración realizada en la primera jornada del juicio.

 
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