The Cranberries, cómo hemos cambiado

Fuenlabrada

Uno no puede evitar una lágrima en el corazón al escuchar de nuevo la voz de Dolores O’Riordan, fallecida de manera repentina el año pasado, intoxicada por alcohol y ahogada en la bañera. Una de las cantantes más reconocibles del rock al frente de The Cranberries, que han publicado ahora, quince meses después de su muerte, el epitafio de la artista y de la propia banda. ‘All over now’ es el single de presentación de ‘In the end’, que es a su vez, según los hermanos Hogan y Fergal Lawler, el último trabajo de un grupo que ya sin Dolores llega a su fin. Así que este homenaje musical cobra más relevancia todavía.

En 1993 el grupo publicaba su primer disco, ‘Everybody Else Is Doing It, So Why Can't We?’, que en realidad habían presentado un año antes con el single ‘Dreams’, al que le costó cosechar popularidad al principio pero que con el tiempo se ha convertido en uno de los clásicos de la banda irlandesa, que fusionó el rock con el folk propio de sus tierras y que se introdujo con facilidad en el mercado americano con temas como el otro single del disco, ‘Linger’.

Los ‘Arándanos’, traducción al castellano de su nombre, empezaron a registrar ventas millonarias por todo el mundo casi sin esperarlo, así que en 1994 se prepararon para el reto de mantener el pulso con un gran disco de rock sencillo y directo, sin grandes alharacas pero que sabía conectar con los aficionados a la buena música. Y su mayor exponente, sin duda, fue la maravillosa ‘Zombie’.

‘No need to argue’ se llamó el disco, que de inmediato se consagró como un clásico de la década y alcanzó el número uno en varios países. La voz de Dolores sorprendía y embaucaba a quien la escuchaba y la delicadeza con la que trataban algunas canciones era una gozada, como otro de los imprescindibles que dejó el disco, ‘Ode to my family’.

Los Cranberries ya tenían su joya de la corona y, honestamente, no lograron repetir la pócima en el futuro. Pero sí que aprovecharon la inercia en 1996 con su siguiente álbum, ‘To the faithful departed’, en el que seguían conjugando muy bien temas lentos con otros más acelerados y rockeros como ‘Salvation’.

Sin embargo esa inercia de la que hablábamos antes se convirtió en una auténtica fuerza centrífuga que estuvo a punto de dar al traste con el grupo. Dolores adelgazó hasta poner en riesgo su salud y los conciertos eran pura obligación contractual. Así que decidieron darse un respiro para regresar en 1999 con un disco que volvía a estar plagado de éxitos, ‘Bury the Hatchet’.

Aunque no alcanzó el número uno, el single ‘Promises’ se convirtió a no mucho tardar en otro clásico de la banda, que remontaba el vuelo y lo hacía por todo lo alto con un gran disco que tenía de nuevo la virtud de saltar entre temas algo oscuros como el que escuchamos y el optimista ‘Just my imagination’.

Para no repetir errores del pasado, The Cranberries decidieron parar la rueda y descansar. Antes, eso sí, publicaron su quinto disco de estudio que, sin embargo, no recibió una calurosa acogida y únicamente los más fieles compraron. ‘Wake up and smell the coffee’ se presentó con el single ‘Analyse’.

Durante seis años los componentes del grupo tomaron caminos distintos e iniciaron carreras en solitario que, obviamente, no fueron ni la sombra difuminada de lo que habían conseguido juntos. En 2009 hicieron gira de reunión pero no fue hasta 2012 cuando publicaron nuevo disco, ‘Roses’, que anticiparon con el tema ‘Tomorrow’.

Pero el reencuentro no fue como muchos habían soñado. Ni siquiera era estable, porque al poco tiempo anunciaron que sus carreras en solitario y sus proyectos personales seguían en pie, por lo que la banda era solo uno más de esos proyectos. Y para más inri la cantante, O’Riordan, denunció al guitarrista y coautor de muchos temas, Noel Hogan, aunque la sangre judicial no llegó al río y el asunto se archivó. Llegamos así a 2017 para escuchar el último disco de la banda en vida de Dolores, que regrabó varios éxitos en formato acústico y que presentó también con temas inéditos como ‘Why’.