La penúltima decepción

Radio Jerez Cadena SER

Jerez de la Frontera
El Xerez DFC tiene pie y medio fuera del play off de ascenso a Segunda B. Matemáticamente sigue con opciones. Es más, llegará vivo a la última jornada si es capaz de ganar en Écija a un rival al borde del descenso, pues no faltaba más. Pero la experiencia me dice que disputar las dos últimas jornadas en estas divisiones modestas dependiendo de terceros no es buen negocio.
Son los errores propios los que pueden hacer que el equipo se quede sin opciones de pelear por subir. Y la responsabilidad termina en los jugadores como último eslabón de la cadena, pero apunta también al banquillo, a la dirección deportiva y en el punto más alto a la junta directiva.
En el Xerez DFC se nos ha llenado la boca presumiendo de firmeza defensiva y de contar con un valladar inexpugnable en la portería como Flere, de largo lo mejor del campeonato. Pero la descompensación de la plantilla ha sido evidente y ha hecho inútiles los esfuerzos de Pepe Masegosa primero y de Andrés García Tébar después. Igual no nos viene ni mal morir ahogados en la orilla antes de que nos pinten la cara en la liguilla.
Además, se nos ha hecho de noche esperando a que los veteranos (Bello, Casares, Juan Gómez y Colorado) aparecieran para echarse al equipo a las espaldas, o a que a Tamayo le sonara la flauta alguna vez. Por cierto, para preocuparse, como bien apuntaba mi compañero David Gallardo en Twitter, lo de la ovación de la grada a un delantero que ni inquietó ni tiró a puerta durante más de una hora. Porque entre el buenismo y el ventajismo hay un terreno muy interesante que es conveniente abonar de crítica constructiva si queremos dar pasos firmes en el futuro más inmediato. Es cierto que sólo se equivoca quien toma las decisiones, pero la confección de la plantilla tiene un solo responsable, que además asume su grado de culpa como profesional del fútbol que es. A su vez, el director deportivo está ahí por una junta directiva que es la que lo puso y que además debe velar por las cuentas de la entidad y por ilusionar a una afición que no va a más por decepciones como la del domingo. Todos ellos deberán responder de sus acciones más acertadas o menos. Y no será malo si es de justicia.
Pero dicho esto, todo entraba dentro de lo posible. Porque esto es fútbol, no lo olviden. Con sus pasiones, con sus sueños, con su adrenalina, con sus decepciones, con su punto de irracionalidad, con sus objetivos incumplidos, con sus cabreos, con sus meteduras de pata y hasta con sus altos y sus bajos. Fútbol en estado puro. Que cuando la pelotita entra, como a Heredia en la Ciudad Deportiva del Betis, todo se ve de color de rosa; pero cuando da en el palo, como a Marcelo el domingo ante Los Barrios, todo se vuelve oscuro.
Como decía aquél, esta es la grandeza y la miseria de este deporte apasionante que mueve masas. Y el Xerez DFC y su gran masa social no son ajenos a esta realidad. El domingo, en medio del bajón, leía en los chats y en los grupos de Whatsapp hasta que éste podía ser un palo definitivo para el club. A los que piensan así y a los que lo están deseando, que también se cuentan por decenas pero que forman igualmente parte de la salsa del fútbol, decirles que la del domingo ha sido la penúltima decepción. Y que después de esta penúltima vendrán más decepciones, y también alegrías, sonrisas y llantos, noches sin coger el sueño, desplazamientos multitudinarios con la ilusión por bandera, presentaciones de jugadores que entusiasmen a la afición, campañas de abonados con aficionados haciendo cola… y saldrá el sol.
Porque el fútbol es como la vida misma, y eso lo amamos apasionadamente, aunque a veces no lo entendamos y nos hiele el alma
Seguimos.

Eugenio Camacho
Estudió Ciencias de la Comunicación en el Centro Universitario San Isidoro, de Sevilla. Periodista en...




