"Solo acabaremos con la homofobia cuando eduquemos en la tolerancia a niños, profesores y padres"
Ante las inminentes elecciones municipales y autonómicas este lunes charlamos con tres personas del colectivo LGTBI sobre su pasado, presenta y futuro, un devenir que está muy ligado a la política que se lleva en la ciudad de Madrid
Madrid
El viernes pasado hablamos sobre Cultura, este lunes hemos querido hacerlo sobre un colectivo del que en estos últimos 4 años hemos hablado, y mucho, en el Hoy por Hoy Madrid. El Worldpride, el Orgullo, pero también sobre carrozas de Reyes Magos, de autobuses transfobos o, lamentablemente, de agresiones, discriminaciones, golpes e insultos.
¿Qué le pide el colectivo LGTBI a los políticos que gobernarán Madrid en la próxima legislatura?
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Algunas de las cuestiones que han quedado sin resolverse quizá podrían solucionarse en los próximos 4 años con el gobierno municipal y autonómico que salga el próximo 26 de mayo de las urnas.
Este lunes no hemos querido hablar con los políticos, eso ya lo haremos en otras ocasiones. Hemos preferido poner nombre y apellidos a sus protagonistas. Es un colectivo tan amplio y heterogéneo que sería imposible generalizar pero sus historias no sirven para establecer una conversación a 3 bandas.
Historias como la de Eva Díaz. Eva es una ejecutiva de 56 años. Una mujer que tiene marcado a fuego una fecha: el 31 de enero de 2015. Fue entonces cuando dejó definitivamente el traje y la corbata en la percha y completó su transición de hombre a mujer. Han pasado ya 4 años, 3 meses y algunos días desde que culminó un proceso que no fue, como pasa en prácticamente todas las personas transexuales, fácil. El proceso se complica aún más si esas personas nacieron en la década de los 60 como es su caso. Los referentes de personas transexuales eran inexistentes. Y así ha sido durante décadas.
Eva descubrió con 14 o 15 años que no era como el resto. “Yo no sabía lo que era, porque no había información. Ahora es mucho más fácil identificarlo. Yo sabía que no era un hombre como el resto de mis compañeros de cole o instituto, pero tampoco era homosexual. Siendo Enrique no sentía atracción por otros hombres. No entendía lo que era. Me costó entender que no era hombre, pero que no era gay... “No es que me gustaran los hombres sino que no estaba conforme con cómo había nacido”.
Eva llegó a casarse y tiene dos hijos. Cuando se lo comunicó al principio sus hijos tardaron en aceptarlo. Ahora el asunto se ha normalizado totalmente, incluso se emociona al contarnos que su hija, el pasado Día de la Madre, se presentó con un libro como regalo.
También conversamos con Kika Fumero. Kika es profesora de secundaria en excedencia. Dejó de enseñar a los chavales y ahora está decidida a que los profesores tengan formación en materia LGTBI.
“Cada vez hay más necesidad y más interés de llevar la igualdad a las aulas, cada vez hay más sensibilidad y más casos de acoso, violencia de género y más visibilidad del alumnado lgtbi, y más necesidad de saber cómo tratarlo. Los niveles entre los profesores son de lo más diverso. Hay algunos que llevan tiempo buscando formación, otros que no, otros piensan ‘¿para qué? si se pueden casar... ya tienen igualdad’. Todo se tapa con el 'a mi qué me importa con quién te acuestas?"
Kika asegura que queda camino por recorrer, pero lo principal es la sensibilización. “lo que más queda es la sensibilización, pasar de la igualdad legal, a la igualdad real”.
Con Kika y Eva hablamos también sobre los casos de discriminación o agresiones. Un tema al que se suma Raúl. Tiene 38 años y hace unos meses fue agredido cuando paseaba de la mano de su pareja. A esa primera agresión, a esos primeros insultos, les han sucedido otros con el paso del tiempo y eso pese a que el presunto agresor tiene una orden de alejamiento de ellos.