El viaje infinito

León

Que el señor de los Quiñones, autor de la mítica sentencia : "la Administración soy yo", dirigida al gran José Luis, pida el voto para el clan gurteliano, llamando a evitar que la mancha de la izquierda se extienda por nuestro territorio, parecería una broma pesada, si no viniera del candidato de un partido que ha convertido cada gobierno que ha tocado en un estercolero corrupto. En todo caso, a la vista de aquellas confidencias celulares, hay que reconocer que quienes participaban en ellas bien pudieran ser considerados autoridad en la cuestión de los residuos y los vertederos.

Ahora que se han agotado los billetes del viaje al centro y han despedido al gran Ansar como guía oficial de esta travesía increíble, los grumetes locales , quizás aturdidos aún por la tempestad que amenaza con hacer naufragar la nave, han decidido como el buen Ignacio de Loyola no hacer mudanzas, más allá de esconder la gaviota y el logo de los carteles. Lo esencial no se toca.

Por eso, resulta reconfortante conocer que nuestra bien forzada Yunta ha entregado otros 46 millones de euros a la tele de Ulibarri y Méndez Pozo. Y van más de 180 millones desde 2009. Repitan conmigo: 180 millones de euros en los últimos diez años. Nadie dijo que los servicios de propaganda fueran baratos. Y que los dueños de la pantalla y del la mayoría de los medios autonómicos sean dos asiduos de las cloacas de la corrupción con detenciones, imputaciones y condenas enredadas sin cesar, dan fe de la voluntad inquebrantable del PP por llegar al centro, aunque no parezca que, a este ritmo y con estos timoneles, vayan a llegar nunca.