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La Inquisición en Cuenca: procesos y autos de fe en los siglos XV y XVI

Ejemplos de juicios a familias completas, de denuncias que incriminaban a sus propios vecinos, de temor a solamente oír el nombre del Santo Oficio

Cuadro de 'La Inquisición' de Goya. / Wikipedia

Cuenca

La Inquisición tenía como objetivo perseguir a los herejes. En torno a esta institución había denuncias y acusaciones falsas que en muchos de los casos les servía para emprender una persecución sin tregua, finalizado su particular proceso con duros castigos que llegaban incluso a la pena de muerte. ¿Cuál fue su origen? ¿A quiénes perseguían? En el espacio Misterios Conquenses que coordinan Sheila Gutiérrez y Miguel Linares, y que emitimos los martes en Hoy por Hoy Cuenca, conocemos casos reales en los que estuvieron involucradas familias enteras. ¿En qué lugares eran juzgados y apresados aquellos acusados? El Santo Oficio de Cuenca durante los primeros años de su actividad en el siglo XV tuvo como objetivo principal el exterminar a los falsos convertidos.

La Inquisición en Cuenca: procesos y autos de fe en los siglos XV y XVI

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Inquisición es una palabra fuerte fonéticamente hablando, que con sólo pronunciarla nos hace ponernos alerta y hacer memoria, al recordar aquel tiempo. Al hacer balance somos conscientes de la fortaleza e importancia que tuvo, pero sobre todo del sufrimiento que causó. Muertes por acusaciones no probadas, por diferentes creencias y pensamientos, donde vidas inocentes, como sabemos en la actualidad, fueron sesgadas, siendo ajenos a lo que se les acusaba.

También conocida como la Santa Inquisición, en la que con distintos apoyos se dedicaban a suprimir la herejía, esas afirmaciones y pensamientos opuestos a los principios y las reglas establecidas. Sobre todo eran perseguidos aquellos que se oponían a la Iglesia y a la religión católica. Este pecado se castigada incluso con la pena de muerte.

Cuadro &#039;Condenados por la Inquisición&#039;, de Eugenio Lucas, siglo XIX, Museo del Prado.

Cuadro 'Condenados por la Inquisición', de Eugenio Lucas, siglo XIX, Museo del Prado. / Wikipedia

¿Fue español el origen de la Inquisición?

No, aunque parezca una cosa muy nuestra ¿verdad? Pero tenemos que remontarnos al siglo XII, donde hasta esa fecha la excomunión era el castigo a la herejía contra la Iglesia. Pero hubo un momento en el que estos herejes crearon un movimiento, en el que no apoyaban la forma de entender la salvación, el matrimonio y otras instituciones de la sociedad, lo que supuso un problema al que tuvieron que reaccionar.

Y el primero en hacerlo fue el papa Inocencio III, quien organizó una cruzada contra los albigenses, aquellos que se habían levantado en contra de la Fe cristiana. Y lo hizo promulgando el castigo contra ellos. Pero estos esfuerzos fueron en vano, tuvieron una penosa organización y fracasó, lo que les llevó a crear en el año 1184 la Inquisición medieval o también llamada episcopal, mediante la bula del papa Lucio III, donde se exigía a los obispos que interviniesen activamente para extirpar la herejía.

En 1249 se implantó también en el reino de Aragón, siendo la primera Inquisición en el territorio de la península Ibérica. Cuando la Corona de Aragón se unió con Castilla, se extendió a esta con el nombre de Inquisición española (1478-1821), cuya acción también se extendió a los territorios conquistados en lo que se denominaría América, más tarde a Portugal (1536-1821) y su último destino la Inquisición romana (1542-1965).

La inquisición en Cuenca

Nos vamos a centrar en la Inquisición española y más concretamente en los procesos que ocurrieron en Cuenca, entre los años1583 y1600, donde más de 800 personas fueron procesadas y juzgadas.

Autos públicos en la catedral, donde inocentes y algún culpable fueron perseguidos, juzgados. Incluso familias enteras sufrieron esta persecución, si un miembro era sospechoso, sus familiares también lo eran. Lo hicieron hasta el año 1808 cuando los franceses entraron en Cuenca, pero no fue hasta 1834 cuando la Inquisición se extinguió como los dinosaurios, desapareciendo definitivamente en España.

¿A quiénes perseguían?

Eran personas corrientes, gente con la que convivían, pero también les interesaban aquellos que tenían conocimiento y sabiduría, algo que no les gustaba demasiado. Pero hay que recordar que algún animal también fue perseguido y juzgado. No es de extrañar ya que como sabemos convertirse en un animal estaba dentro de las capacidades de aquellos que practicaban la brujería, en gatos, en cuervos o en lobos.

Y aquí es cuando empezamos a enumerar y seguro que nos quedamos cortos, los motivos por los que se comenzaba esa persecución, acusación, juicio y veredicto, ya fuera por motivos reales o infundados: Practicar la brujería, ser homosexual, blasfemar, la fornicación y una de la más perseguidas, judaizar en secreto, los falsos conversos, a quien se les ponía trampas incluso en los pucheros para ver si realmente su conversión era real.

Tras una oleada de violencia en 1391, la mayor parte de la comunidad judía se convirtió al catolicismo, casi todos forzados, muchos conversos siguieron judaizando en secreto, convirtiéndose de esta manera en herejes a ojos de la Inquisición. Su persecución era tal que hasta que incluso eran condenados ya fallecidos. Pero ¿y si el cambio ocurriera a la inversa? Como ejemplo nos encontramos con los casos como el ocurrido el 3 de junio de 1489: “Juana de Valdeolivas, mujer de Diego de Peñafiel, confesó durante el tiempo de gracia ayunó ayunos de judíos, guardó los sábados y otras ceremonias judaicas con sus padres y hermanas Leonor y Guiomar. Precisa que cuando murió su madre Marí Sánchez «en toda la semana no comieron carne, sino pescado, y no vebieron del agua que estava en casa el día en que ella murió”.

Juana fue perdonada, ya que su declaración era voluntaria y se notaba claramente su remordimiento. El tribunal usó con ella la misericordia por primera vez, y se la adjudicó su pena, condenada a excomunión mayor, confiscación de todos sus bienes y relajación en persona a la justicia seglar.

Los procesos

Los lugares elegidos eran diversos, desde sedes acomodadas expresamente para estos procesos, lugares públicos donde todo el mundo pudiera ser consciente del poder que procesaban, instituciones privadas que apoyaban esta práctica, hasta castillos, como el de Garcimuñoz, cualquier lugar y momento era válido para abrir acta, hacer un juicio donde las pruebas fueran o no relevantes, todo se resumía en un castigo físico o moral como los sambenitos, la excomunión o pagando con la propia vida.

Como ejemplo, en Cuenca a día de hoy podemos visitar el lugar donde se encontraba la sede del Tribunal de la Inquisición, un edificio (hoy Archivo Histórico Provincial) que fue construido en el siglo XVII y que está situado en la parte más alta de la ciudad, junto al castillo, en aquel momento de gran importancia para el pueblo, haciéndonos ver una vez más el poder con el que contaban. Pero su uso no se limitó a de juzgar, si no que posteriormente funcionó como prisión.

Según nos cuentan los archivos después de la Edad Media este lugar simplemente era un solar, al lado del castillo sí, pero sólo era un terreno sin más. Hasta que la Inquisición se hizo hueco en Cuenca, momento en que se le pidió a Felipe II un lugar donde poder vivir y realizar sus procesos una vez iniciada su particular persecución.

Casos y procesos

En el año 1568 el tribunal conquense solicita la celebración de un Auto de Fe, a unos presos que se encontraban en la cárcel de la Inquisición, debido no sólo por los delitos de los que se les acusaba, sino también, por los gastos que causaban. Este auto se aprobó pero sería celebrado en una plaza, a ser posible la plaza Mayor y no en la Catedral donde ellos lo habían solicitado. Se haría en un lugar donde la gente pudiera ir a observar, donde se ejecutaría la sentencia con la condena adjudicada. Al igual que el realizado en la Plaza Mayor de Cuenca el 29 de junio de 1654 (día de San Pedro), después de un largo período sin que se efectuaran ejecuciones públicas.

Pero en 1611 ocurrió lo contrario. En un acto donde se procesaba a varios acusados se permitió que el Auto de Fe se realizara en la catedral, como ocurrió igualmente con el acto que se celebró el 6 de Agosto 1619, y el motivo de este cambio se debía a que el veredicto no era pena de muerte, por lo tanto no asistiría el pueblo, ni muchas de las autoridades presentes en otros autos.

En Cuenca según nos cuentan las crónicas, el12 de Agosto de 1590 se juzgó, y como era de rigor con su posterior castigo, a unas 35 personas de ambos sexos. Doce eran vecinas de Quintanar de la Orden, miembros de la familia de Mora. Un juicio en el que la matriarca María de Villanueva, viuda de Diego Mora, se encontraba en aquel lugar con sus cinco hijas y un hijo. Y decimos encontraba porque los habían separado durante 28 meses, sin ningún tipo de comunicación.

También se hallaban junto a ellos sus sobrinos Francisco y Beatriz, quienes recibieron la peor parte del castigo. Tal fueron los palos y pedradas que recibieron, que hasta se le saltaron los sesos. Tal era el odio por parte del clamor popular, que en el brutal ataque las salpicaduras llegaron a las ropas de aquellos macabros espectadores, que no dudaron en quemar sus ropajes y atuendos ensuciados con la sangre de aquella familia, de la que no sabemos los cargos que se les imputaban.

Acusados quizá por una simple mirada a quien no debía, o alguna blasfema en un momento de crispación, una denuncia falsa de algún vecino envidioso, delitos que a día de hoy resultan increíbles, pero que en aquellos días donde la Inquisición funcionaba como el puño recio de la ley, bastaban para llevarse por delante a familias enteras, niños, padres, madres, sin ningún tipo de escrúpulo.

 
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