Una victoria para creer
El Oviedo, que volvió a ganar dos meses después en el Carlos Tartiere, aumenta sus opciones de jugar el play-off tras imponerse 1-0 al Numancia con el gol de Carlos Hernández.
Los jugadores del Oviedo celebran el tanto marcado por Carlos Hernández. / Real Oviedo
Oviedo
Victoria sin grandes alardes. El triunfo del Oviedo de esta tarde es de esos que cualquier aficionado recordará vagamente cuando termine la temporada, al menos en cuanto a la vistosidad del mismo, pero quién sabe si puede servir como el inicio de una gran remontada en la clasificación. El problema es que los azules no pueden fallar más y eso el Tartiere lo sabe que, con su entrada en el día de hoy, apenas 10.000 espectadores, no termina de creer en la posibilidad del pleno. Éstos, tendrían que ser los tres primeros puntos de los doce que necesitan los ovetenses para que las cuentas vuelvan a salir.
Cabe decir que el conjunto carbayón fue superior a su rival, se mostró más intenso y con mayor ambición, pero también es cierto que le cuesta un mundo crear ocasiones. Esta vez el gol de Carlos Hernández llegó al comienzo de la segunda parte en una acción aislada después de unos primeros 45 minutos prácticamente intrascendentes.
El Oviedo empezó el partido con mucha fuerza y queriendo meter al Numancia en su campo desde el primer minuto. Los arreones iniciales llegaron sobre todo por la banda derecha con varias internadas tanto de Viti como de Diegui. En una de ellas, el lateral islandés puso un centro para Ibra que remató dentro del área pequeña al lateral de la red. Este comienzo vertiginoso poco a poco se fue diluyendo y los azules, que parecían más enchufados que su rival, no encontraban los espacios necesarios para hacerle daño al Numancia. El equipo estaba un poco partido y los mediocentros, Tejera y Jimmy, no lograban conectar con los delanteros. Ibra, Joselu, Berjón y Viti formaban una línea de cuatro arriba, que se emparejaba con la defensa soriana sin que alguno se descolgase para recibir, lo que provocaba que los visitantes tuviesen superioridad en el centro del campo.
El primer tiempo transcurrió entre imprecisiones de uno y otro equipo y muchos parones del colegiado, que apenas permitía que hubiese algún contacto. La única sensación de peligro por parte del Oviedo era la que podía provocar Viti o Berjón cuando recibían pegados a la banda y encaraban a su par. Aún así, ninguno estuvo del todo afortunado en sus intervenciones.
A los dos minutos de la segunda parte llegó la alegría de la tarde para el aficionado carbayón. Un mal despeje de Fran Villalba llegó al segundo palo donde se encontraba Carlos Hernández, que estuvo rápido para intuir dónde iba a caer a ese balón para empujarlo al fondo de la red a escasos centímetros de la portería defendida por Juan Carlos. El tanto hizo que los locales estuviesen más cómodos sobre el césped y tuviesen más el control del juego, pero no eran capaces de matar el encuentro. Al igual que sucedió en La Rosaleda rondaron el área rival, pero todas las decisiones en los últimos metros fueron erróneas. A pesar de eso, no sufrieron en exceso para mantener la ventaja en el marcador y, el Numancia, que únicamente se estiró en un par de contras, terminó el encuentro sin inquietar a los azules.
Victoria vital para los ovetenses que lograron reponerse del mazazo recibido en Málaga y recortan así su diferencia con el play-off cuando quedan solo tres jornadas para el final. Para el próximo partido contra el Tenerife, Sergio Egea tendrá que recomponer su once porque no podrán jugar Saúl Berjón, Christian Fernández y Javi Hernández que, tras ver una cartulina amariila cada uno, se perderán el siguiente choque por sanción.
