El PP quiere instalar 150 cámaras de vigilancia en Lorca

Lorca

La seguridad ciudadana ha sido el principal argumento electoral del PP en esta jornada de campaña en Lorca, donde su candidato y alcalde, Fulgencio Gil, ha informado de que ya se ha cursado la solicitud a la Delegación del Gobierno para la instalación de 150 cámaras de seguridad. Tendrán una triple función, según Gil, "la prevención del vandalismo, la seguridad ciudadana y también un efecto disuasorio".

Las cámaras se instalarían, según PP, en el barrio de San Cristóbal, Apolonia, Fuerzas Armadas, Los Ángeles, La Viña, Avenida Europa, Lope Gisbert, así como parques, plazas y diferentes enclaves del casco histórico.

Además, también han adelantado que pondrán a disposición de comerciantes, hosteleros y mujeres que practiquen deporte al aire libre un "botón de seguridad" con el que estar en contacto permanente con la Policía Local.

El PSOE ha propuesto reclamar a la Comunidad Autónoma la cesión del uso para el aprovechamietno de las tres plantas que quedarán vacías en el Centro Comarca de Salud par albergar oficinas municipales y ahorrar así 100.000 euros al año en las arcas del Ayuntamiento.

Dice el candidato socialista Diego José Mateos, que quieren poner en marcha una política de "gasto eficiente, sostenible y solucionar la falta de espacio público para asociaciones, colectivos y servicios municipales, y a la vez atraer la vida que necesitan las calles de nuestro Casco Histórico".

El candidato de Ciudadanos, Francisco Morales, respaldado por Isabel Franco en la presentación de su proyecto, apostaba por la integración urbana del AVE y un plan de choque para el comercio en el casco histórico porque considera que es bueno para "revitalizar el municipio y dinamizar su economía".

Desde Somos Región, su candidata Rosario Segura, ha reclamado la mejora inmediata del servicio de Cercanías y ha calificado de "despropósito" el trazado propuesto para el AVE. Dice Segura que implica que los trenes con mercancías peligrosas atraviesen bajo tierra la ciudad poniendo en peligro a miles de personas y, sobre todo, a los alumnos de institutos como el Ros Giner o Ibáñez Martín, así como los escolares que acuden a los colegios de las Alamedas.