Juan Luis Guerra, cómo hemos cambiado
El rey del merengue y la bachata regresa con un nuevo disco con el que no podemos mantener quietos los pies
Fuenlabrada
Juan Luis Guerra es uno de los artistas hispanos con más ventas en la historia de la música. Y eso es mucho decir. Por eso que regrese con un nuevo disco es una gran noticia para todos los amantes del ritmo latino, de la bachata, del merengue, de la salsa y de todos esos estilos tras los que se nos van las caderas y los pies. Publica ahora ‘Literal’, un trabajo que llega cinco años después del último y que presenta con el sentimental ‘Kitipún’. Todo es bonito y espiritual en una discografía que comenzó allá por los 80.
Juan Luis Guerra, cómo hemos cambiado
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En realidad Guerra se presentaba con la banda 440, de la que enseguida se extrajo el nombre de Juan Luis para destacarlo sobre el resto. ‘Soplando’ se llamó este primer trabajo influido por los estudios superiores que tenían en jazz en Berklee, la escuela musical por antonomasia, y que fue publicado en 1984, aunque reeditado en 1991. Lo cierto es que no había nicho de mercado para esta propuesta, así que aceleraron el merengue para su siguiente disco.
‘Mudanza y acarreo’ era una pastilla de ritmo latino que subía enseguida a la cabeza. ‘Si tú te vas’ fue uno de los singles de presentación, donde el resto de voces del grupo tenían más presencia que la de meros coristas. De momento su repercusión se ceñía a República Dominicana, pero tras un tercer disco llegó la internacionalización con su primer himno: ‘Ojalá que llueva café’.
Publicado en 1989, el disco contribuyó a difundir los ritmos americanos por todo el mundo y creó el caldo de cultivo perfecto para que al año siguiente llegara ‘Bachata rosa’, el álbum más exitoso de la carrera del dominicano y que lo encumbraba como referente principal de ese mismo estilo. Su principal tema ha sido asumido en el acervo cultural popular: la eterna ‘bilirrubina’.
Pero ‘Bachata rosa’ incluyó otros temas inmortales que siguen protagonizando los shows de Juan Luis Guerra. Y si estaban cansados de bailar, lo mejor es bajar el ritmo con una de las canciones de amor más rabiosamente bonitas que se han escrito en castellano: ‘Burbujas de amor’.
El cantante, junto a un cada vez más estable grupo de 4.40, aprovechó la inercia del éxito para publicar ‘Areíto’ en 1992, que mantuvo ese estilo de baile y temas lentos y sentimentales como ‘Frío, frío’.
Dos años después publicó un nuevo disco, ‘Fogaraté’, que aunque mantuvo el nivel no alcanzó las cotas de éxito de sus predecesores. Juan Luis se tomó un descanso físico, mental y espiritual tras el que regresó en 1998 con el disco ‘Ni es lo mismo ni es igual’, que resumía la etapa en la que entraba en su vida. Y aunque ya antes había denunciado la situación de pobreza y dificultad que se vive en algunos lugares de América del Sur, el tema más claro fue ‘El Niágara en bicicleta’, una radiografía del precario sistema sanitario.
En este nuevo periodo Guerra decidió bajar un poco el pistón y que el frenesí del éxito no rigiera la vida. De hecho unos años antes había decidido abrazar fuerte el cristianismo para convertirse también en altavoz del mensaje de Dios a través de sus canciones. Así fue con ‘Las avispas’, canción del disco ‘Para ti’, íntegramente espiritual y que llegó en 2004, seis años después del anterior.
Los premios no dejaban de llover por unas producciones que eran difícilmente mejorables y que a estas alturas tenían ese poso de la enorme experiencia que Juan Luis Guerra había atesorado en los años. Por ejemplo su trabajo de 2007, ‘La llave de mi corazón’, con single homónimo y que se llevó seis premios Grammy a la vez.
Aunque siempre se ha mantenido fiel a su estilo, jamás alguien puede aburrirse escuchando un disco de los 4.40, porque la paleta de ritmos es tan amplia como canciones compone: bachata, merengue, salsa, bolero, funky, jazz, rock… Saltemos al año 2010 cuando sacó al aire ‘A son de guerra’, presentado por otra bonita canción de amor, ‘Bachata en Fukuoka’.
Llegamos al final de este viaje con el que hasta ahora era último disco del artista, ‘Todo tiene su hora’, otro tratado de ritmo latino a través del que nos habla de amor, crítica social, espiritualidad y alegría. Y aunque no fue single, hemos elegido la movidita ‘Cookies and cream’ para cerrar este repaso con el que esperamos que, al menos, se echen unos bailes.