Hoy por Hoy MadridHoy por Hoy Madrid
Actualidad

Aina Barca: "En Nepal he visto muchos niños discapacitados atados en casa mientras sus padres trabajan"

Unas vacaciones nos pueden cambiar la vida. Es lo que le pasó a Aina Barca. Cuando viajó unos días a Nepal descubrió que no había una escuela adaptada para los niños que tenían algún tipo de discapacidad intelectual. Decidió dejar su vida atrás y trasladarse al país para remediar la situación. Su historia ahora está, también, en el libro 'Asha o la fuerza de la esperanza' y que este jueves se presenta en la Casa del Libro

Aina Barca: "En Nepal he visto muchos niños discapacitados que se quedan atados en casa mientras sus padres están trabajando" / NAVESH CHITRAKAR Reuters

Madrid

Unas vacaciones nos pueden cambiar la vida. Es lo que le pasó a Aina Barca. Unas vacaciones nos pueden cambiar la vida. Es lo que le pasó a Aina. Cuando viajó a Nepal descubrió que no había una escuela adaptada para los niños que tenían discapacidad intelectual. Decidió dejar su vida atrás y trasladarse al país para remediar la situación. Su historia ahora está, también, en el libro 'Asha o la fuerza de la esperanza' y que este jueves se presenta en la Casa del Libro.

Aina Barca: "En Nepal he visto muchos niños discapacitados que se quedan atados en casa mientras sus padres están trabajando"

06:33

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005585912/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Aina tenía 21 años. Había estudiado trabajo social. En las vacaciones de su trabajo en una escuela decidió viajar a Nepal durante un mes. "En Nepal fui a un orfanato y me sorprendió como estaban 3 niños con discapacidad intelectual, apartados. No había ninguna escuela de educación especial. En el mejor de los casos les llevaban a una de sordos. Lo peor era la normalidad con la que se se vivía todo eso", nos dice. "Eso era lo peor. Injusticia convertida en normalidad".

Al acabar las vacaciones Aina vuelve a España, pero no consigue olvidarse de lo vivido, de cómo estaban aquellos chavales. "Yo trabajaba en centro con niños con discapacidad, teníamos de todo. No había día que no pensara porqué con la misma discapacidad los niños de España tenían unas cosas y en Nepal no tenían apenas nada. Pensé que tenía que hacer algo. Y ese algo fue una ONG. Empecé a recaudar fondos. Mi familia pensó que me había vuelto loca, que sería algo pasajero". Pero no lo fue...

A los 9 meses, y con el dinero que había recaudado Aina se volvió para Nepal. Había pedido una excedencia de 4 meses en su trabajo. Su propósito era claro: levantar una escuela. "Lo veia muy facil, pero llegué siendo mujer, joven, extranjera a un pais muy machista y sin conocer a nadie. Allí se mueve todo por contactos. Me encontré completamente sola, con gente en contra, o que quería sacar provecho de la construcción. Se convirtió en una pesadilla. Recibí amenazas. Con 21 años no me imaginé que vivera esto". Tras muchos esfuerzos Aina consiguió construir en esos 4 meses la escuela. Hicieron la selección de los primeros alumnos, pero justo cuando iban a comenzar las clases tuvo que regresar a España.

"Tenía la vida montada en España, pero decidí volverme definitivamente a Nepal tras dejar mi trabajo. Para mi familia fue un shock, pero yo sentí que tenía que hacer esto. Al principio la escuela acogió a 18 chavales y a los 4 meses ya había lista de espera. Esa es otra de las cosas más duras: la lista de espera, tener que decir que no hay sitio. Decirles: 'quédate en casa' y los que se quedan en casa, con discapacidad apenas tienen tres opciones", nos dice Aina.

Estas tres opciones, nos dice Aina, son 1) una escuela ordinaria. Allí los chavales van repitiendo curso y, de esta manera, es fácil encontrar en párvulos a chicos de 15 años. Esa es la mejor opción. Una segunda opción es que se les matricule en una escuela de niños sordos, aunque ellos no lo sean.

Y una tercera opción, la más dura y extendida. "La mayoría se quedan en casa. Los padres consideran que da igual que vayan o no a clase porque no van a aprender nada. Los padres trabajan y cuando se van, los dejan atados. He visto a niños encerrados en jaulas de madera, con barrotes. También hay muchos niños abandonados. Creen en la reencarnación y consideran que si nace un niño con discapacidad es por que hizo algo malo en otra vida. Muchas veces les abandonan", dice Aina. "Decir a una familia que no hay plaza para su hijo es saber que, quizá, el niño seguirá atado en casa".

Con el tiempo el proyecto ha ido creciendo. Con el paso de los años, ya van 7, el número de chicos que asisten a estas clases se ha duplicado. "Hemos construido una segunda escuela. Compramos un terreno e hicimos una segunda escuela mucho más grande. El primer edificio, que era muy pequeño, ha pasado a ser un taller ocupacional, para que aprendan un oficio. La idea en el futuro es incluirles laboralmente, pero la inclusión en Nepal es un sueño. Entre las 2 escuelas tenemos 44 niños", dice.

El proyecto sigue adelante con la ayuda, desde España, de muchos socios y organizaciones. Su siguiente reto es construir una residencia. "La meta ahora es hacer una residencia. Tenemos muchos chavales que viven en zonas rurales, a 4 o 5 horas de distancia. La idea es construir una residencia para que más niños que viven en zonas rurales puedan venir a las escuelas. Ahora tenemos una, pero es de alquiler. En ella viven 11 niños y dentro de poco nos van a echar. Ese es el proyecto que más nos urge. Primero para esos 11 niños y, también, para poder acoger a más chavales. El coste es elevado. Hay que comprar el terreno y, además luego construir son unos 85.000 euros", finaliza Aina.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00