Chiclana de Segura, el mirador de las cuatro provincias
El municipio se encuentra en la zona noreste de Jaén, a medio camino entre las comarcas del Condado y la Sierra de Segura
Jaén
La candidatura jienense para el mejor pueblo de España es Chiclana de Segura. Se trata de una pequeña localidad ubicada en la zona noroeste de la provincia de Jaén, a medio camino entre la comarca del Condado y la turística Sierra de Segura, a muy pocos kilómetros del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
A Chiclana se llega después de un carretera de montaña que nos mete de lleno en una localidad a la que se accede a través de un túnel. El paseo del Trascastillo es la primera calle que se encuentra el turista antes de echar la vista hacia arriba para encontrarse con la gran roca que da acceso a esta pequeña población de unos 1.000 habitantes y que fue territorio de la Orden de Santiago.
Recorrer este pequeño pueblo nos permite viajar en el tiempo a través de sus estrechas y empinadas calles, unas vías estrechas muy cuidadas por sus vecinos y vecinas con centenares de flores. Además, en septiembre son escenario de los encierros con motivo de las fiestas en honor a la Virgen de Nazaret. Todo conduce a la plaza mayor, lugar en el que se enclava la Iglesia de San Pedro, excavada, en parte, en la gran roca.
El punto alto chiclanero se encuentra en su mirador, un lugar único desde el que se observan varias provincias como la cercana Albacete, ya en Castilla La Mancha, entre otras. Una zona que seguramente utilizaría el poeta-guerrero Jorge Manrique ya que residió en esta población. Para el descanso del viajero, la localidad también dispone de alojamientos rurales desde los que disfrutar de grandes amaneceres.
Un pueblo para verano e invierno
Al contrario de lo que pudiera parecer, las temperaturas nocturnas en Chiclana de Segura permiten dormir plácidamente e, incluso, hasta con alguna manta fina a pesar de estar en julio o agosto. La cercanía de la sierra y sus casi 900 metros sobre el nivel del mar, permiten disfrutar de noches con chaqueta y de días agradables en verano con temperaturas que no sobrepasan los 35 grados en los que puedes refrescarte en sus piscinas municipales conocidas, también, por la altitud de sus tortillas de patata.
La trashumancia
La impresionante naturaleza de Chiclana se ve completada por algunos puentes históricos como el Puente Mocho, una vía que todavía hoy en día utilizan muchos pastores trashumantes que van acompañados de sus ovejas, cabras y vacas. Precisamente, es en noviembre aproximadamente, cuando los ganaderos bajan del norte para pasar el invierno en un lugar con temperaturas agradables. El mismo camino pero en sentido inverso hacen entre mayo y junio cuando vuelven a sus lugares de origen para pasar un verano menos duro. Todo ello deja impresionantes imágenes del ganado a su paso por este paso milenario.
Su paisaje, sus monumentos, sus tradiciones, sus gentes y su rica gastronomía acompañado del mejor aceite de oliva virgen extra, hacen de Chiclana de Segura una localidad con muchas posibilidades para ser disfrutada tanto en verano, como en otoño, primavera e invierno, un lugar en una tierra noble por descubrir.
César García
Licenciado en Periodismo. Comenzó a trabajar en el mundo de la radio en el año 2006 en SER El Condado,...