Sociedad

La leyenda de la mano cortada

Margarita Ruiz de Lihory era marquesa de Villasante. La llamaban la Mata-Hari española Fue una mujer adelantada a su tiempo, pero se vio envuelta en un truculento crimen que la llevó a los juzgados de Madrid y a pasar diez años en el antiguo psiquiátrico de Carabanchel. Un crimen en el que el elemento más destacado fue la mano cortada de su propia hija

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Una mujer adelantada a su tiempo

La marquesa, nacida a finales del siglo XIX, fue espía en su juventud, en el protectorado de Marruecos, al servicio del general Miguel Primo de Rivera (llegó a ser nombrada “capitán honorario” del ejército). También se licenció en derecho, hablaba varios idiomas y obtuvo un título en enfermería. Trabajó como reportera y practicó la pintura, además de tocar el piano y ejercer durante algún tiempo como actriz.

La extraña muerte de Margot

Era el año 1954. Luis, hijo de la marquesa de Villasante, la denuncia por su supuesta implicación en la extraña muerte de su hermana Margot. Las sospechas tenían que ver con unas tijeras y una pinzas que estaban junto al lecho en que murió Margot, que no eran de ningún médico, sino de la propia marquesa. Esta era aficionada a la disección de animales, casi de un modo enfermizo. Pero, además, cuando Margot fallece, la marquesa no deja a ninguno de los hermanos entrar en la habitación. Sólo llegan a ver su ataúd, ya cerrado y camino del cementerio. Pero cuando Luis vuelve a la habitación, encuentra también un cuchillo y una tabla de cortar carne. Dadas las aficiones de su madre y el secretismo del enterramiento, sospecha que ha podido mutilar el cadáver de Margot, quién sabe con qué fines. Su denuncia se tramita y un juzgado de Madrid inicia la investigación de los hechos.

El hallazgo de la mano cortada

Margarita Ruiz de Lihory era una mujer especial, rodeada de mascotas a las que cuidaba con mucho cariño, pero luego diseccionaba con toda frialdad. Solía conservar en formol varias partes, incluyendo el corazón, la lengua o el pellejo, e incluso de algunos la cabeza completa. A instancias del juez, la policía llevó a cabo un registro en la casa de la marquesa, en la calle Princesa, y este es el texto que quedó registrado en el auto sobre lo que se encontró: Un hacha pequeña de las llamadas de carnicero, con el mango de madera barnizada, con tres remaches dorados; una vasija, en forma de cubeta, toda ella de material plástico, la mitad inferior estriada, color blanco, la mitad superior transparente, con tapa color rojo y botón blanco y asa de alambre con manguito color rojo; esta vasija contiene, como puede comprobarse por la transparencia de su parte superior, Una mano derecha, al parecer de mujer, seccionada por la muñeca, estando el recipiente lleno de un líquido transparente”.

Exhumación de Margot

El juez ordenó que fuera exhumado el cadáver de Margot. Lo primero que resultó patente era que le faltaba la mano derecha. En un examen forense más exhaustivo, se descubrió que también le faltaban un pedazo de lengua y los ojos, y que se le había cortado el vello público. En el primer registro de la vivienda de la marquesa encontraron vísceras de animales, pero al examinarlas mejor vieron que también estaban los restos que faltaban de Margot.

La casa de Albacete

Además de su piso en Madrid, la marquesa pasaba largas temporadas en su casa de Albacete. Allí se hablaba mucho de su sótano; habían surgido historias de extraños experimentos y un laboratorio secreto, en el que trabajaban unos hombres con aspecto nórdico, siempre vestidos de negro, que enseguida fueron asimilados por la gente con científicos nazis huidos de Alemania. Al morir Margot, ese sótano nunca se encontró, posiblemente porque no existía. Y tampoco aparecieron esos misteriosos “médicos nórdicos”.

Conexión extraterrestre

En aquel tiempo hubo numerosos testimonios de avistamientos OVNI en la zona, y algunos llegaron a relacionar a los enigmáticos “nórdicos” con seres venidos de otro mundo. Algo que nunca sabremos…

El proceso

La marquesa nunca confesó los motivos que la llevaron a mutilar el cuerpo de su hija, ni aceptó haber tenido nada que ver con su muerte. En todo caso, ella y su pareja de entonces, sin juicio como tal para evitar el escándalo, fueron recluidos durante diez años en el psiquiátrico de Carabanchel. Nunca se supo si estaban realmente locos.

¿Un accidente?

Una opción que se barajó para explicar las amputaciones, relacionada con los supuestos experimentos en el sótano secreto de la marquesa, fue que tuviera que ver con alguna clase de enfermedad o agente químico que pudo matar por accidente a Margot. Esa pudo ser la causa de que su madre, para evitar una investigación, le amputara la mano y la lengua y le sacara los ojos. En todo caso, si se hizo un examen científico con ellos, nunca se dio a conocer.

Un final en la miseria

La marquesa llegó a salir del psiquiátrico, pero murió poco después en Albacete, sumida en la melancolía y en la miseria. Sus restos acabaron en el mismo cementerio que los de Margot.

 
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