Linares de la Sierra, el 'valle escondido' de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche
Gastronomía, senderos, baños árabes, huertas y bosques muy húmedos: Linares es una síntesis por si sólo de los encantos desconocidos que tiene la sierra onubense
Huelva
Linares de la Sierra es un pequeño rincón de la provincia de Huelva que no debes perderte. El tiempo se ha detenido en sus calles. Olvídate de la cobertura de telefonía móvil de algunas compañías y disfruta de sus muchos senderos y paisajes. En verano, pide consejo por las pozas cercanas en pequeños riachuelos y cortas de agua. Su población ronda los 300 habitantes.
Linares de la Sierra se encuentra entre Alájar y Aracena, en el centro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, uno de los espacios protegidos más importantes de Andalucía y que ocupa todo el norte de la provincia con sus dehesas y pequeñas elevaciones cubiertas, predominantemente, de bosques de quercus ilex, alcornoques, castaños y monte bajo, por donde cursan numerosos arroyos, ideal para la ganadería, especialmente para el cerdo ibérico, que encuentra aquí unas condiciones ideales.
Del pueblo, cabe destacar sus calles empedradas, la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, el lavadero público y sus casas apiñadas. También la curiosa plaza de toros de Linares de la Sierra, un pintoresco coso que se abre como un ensanchamiento de las calles del municipio, con graderíos encalados apoyados en la base de la Iglesia Parroquial y su entorno. Sirve además para realizar teatro al aire libre y otros eventos sociales.
La Iglesia Parroquial de San Juan Bautista es el principal monumento religioso del municipio. De volumen unitario con torre campanario y tipología propia de la arquitectura religiosa del siglo XVIII, se caracteriza por la conjunción del Barroco popular con el Barroco academicista que da paso al Neoclasicismo. Su autor es desconocido, aunque cuenta con una restauración reciente realizada por los arquitectos Francisco Rodríguez y Bartolomé Belmonte.