Sobre la incapacidad para ponerse de acuerdo

Santa Cruz de Tenerife
Mientras Ángel Víctor Torres cierra a velocidad de crucero los acuerdos previos a su investidura, a celebrar muy probablemente este 12 de julio, continúa el espectáculo nacional de las negociaciones entre Sánchez e Iglesias, cada día más cercanas al despropósito y la chulería. Sánchez juega de farol: amenaza con convocar elecciones en octubre, pero es –aún- sólo eso, una amenaza. Lo más probable es que fracase la primera sesión de investidura, y que Sánchez e Iglesias consigan ponerse de acuerdo en septiembre. La negativa de Rivera a cualquier acercamiento con Sánchez facilita que Iglesias se suba a la parra. Con presupuestos prorrogados, un Gobierno incapaz de gobernar, y un país atónito, lo que preocupa a Sus Señorías es lo que a ellos les toca, este asunto del retraso no les provoca ningún conflicto. Las canonjías de las que disfrutan no están vinculadas a que logren montar un gobierno que pueda atender los asuntos del país.
Quizá habría que empezar a cambiar eso. Quizá habría que encerrar a sus señorías en el Parlamento y no dejarles salir hasta que se pusieran de acuerdo. Es el sistema infalible de la Iglesia católica: los cónclaves cardenalicios no se inventaron para evitar las influencias externas, como suele decirse, sino para obligar a los príncipes de la Iglesia a entenderse. Tras la muerte del papa Clemente IV en 1268, los enfrentamientos en el colegio cardenalicio entre la facción francesa y la italiana, reunidas en Viterbo, dejaron sumida a la Iglesia en un periodo de sede vacante que se prolongó tres años. Los desquiciados vecinos de la ciudad decidieron dejar de alimentar a los cardenales electores, los encerraron bajo llave, los sometieron a un régimen de pan y agua, y tiraron el techo del palacio episcopal para que pasaran frío y se mojaran con la lluvia. Se entendieron inmediatamente.
Pues eso. Hay que aprender de la Historia: encerrar a Sánchez, Iglesias, Rivera y los demás a pan y agua me parece excesivo, pero yo dejaría de pagar el sueldo al Gobierno y a los diputados hasta que se pongan de acuerdo. Porque los diputados cobran salario desde el primer día, se pongan de acuerdo o no. Y el Gobierno no deja de cobrar por estar en funciones. Nos ahorraríamos una pasta: en sueldos o en nuevas elecciones.




