Un estudio del Imedea demuestra el impacto del bronceador en la flora marina
Algunas regiones como Hawai o Florida han prohibido el uso de las cremas solares por los daños al ecosistema marino
Palma
El impacto de las cremas solares en la flora y fauna de las aguas de las islas fue demostrado en una investigación llevada a cabo por científicos del IMEDEA. Los investigadores David Sánchez-Quiles y Antonio Tovar concluyeron que las concentraciones de los filtros químicos presentes en las cremas solares que los bañistas utilizan a diario en las playas de las islas tienen efectos relevantes sobre el fitoplacton. De hecho, archipiélagos como Hawai en Estados Unidos han vetado por completo las cremas que contienen determinados componentes porque se ha demostrado que matan el coral que puebla el fondo marino.
La investigación realizada por Sánchez-Quiles y Tovar estudió el agua de las playas de Paguera y Santa Ponça, abarrotadas de gente durante el verano, y de el cabo de Ses Salines, con poca presencia de bañistas. En las playas de Calviá se detectó la presencia en el agua de cuatro de los principales productos químicos utilizados en los filtros solares comerciales. Alcanzaron las concentraciones más altas entre las dos del mediodía y las seis de la tarde. Además, el intercambio de agua de la playa con el exterior es de unos tres días.
El estudio demostró el impacto de estos químicos en el fitoplancton, aunque investigador lamenta que la falta de financiación no les permitiera la posibilidad de estudiar las consecuencias sobre la posidonia oceánica y la fauna marina. Sobre la contaminación por el vertido masivo de las aguas de ducha y piscinas de los cruceros, Sánchez-Quiles cree que es probable que ocurra, sobre todo teniendo en cuenta las altas concentraciones de gente en este tipo de embarcaciones. Recuerda que incluso en las depuradoras es muy complicado eliminar totalmente estos residuos.
No solo Hawai ha prohibido los protectores solares industriales, también el pequeño archipiélago de Palaos en el océano Pacífico y el estado de Florida ante el peligro de daño que implican para la flora marina.