Los jóvenes deben protegerse del sol porque los daños en la piel se ven "muchos años después"

Valencia

El sol inflige unos daños a la piel que se van a apreciar muchos años después, por ello es "especialmente importante" que los jóvenes menores de 20 años "se protejan con ropa, gorras adecuadas y protector solar", según indica el jefe del Departamento de Dermatología del Hospital La Fe de Valencia, Rafael Botella, que asegura que hay que tener "especial cuidado" con niños y adolescentes, ya que se exponen al sol de una manera "más descuidada" porque "desconocen el valor de la protección solar".

El doctor aconseja, en declaraciones a la SER, evitar las quemaduras y hacer una exposición progresiva al sol, así como protegerse con ropa y utilizar un protector solar adaptado a cada tipo de piel. "En la mayoría de casos el protector 50 es adecuado para la mayoría de pieles", explica.

"Es muy bueno que la gente reciba el mensaje de que debe protegerse del sol", insiste Botella, que asegura que los efectos perjudiciales no se notan de forma inmediata en muchas ocasiones. Es más, manifiesta que la incidencia de cáncer de piel está en aumento, y no solo por la exposición al sol, sino también por el envejecimiento de la población. "Se trata de gente que llega a los 70 u 80 años en buen estado de salud en general, pero que se han expuesto al sol sin protegerse cuando eran jóvenes y cuando estaban en su jornada laboral", por ello, "cuando llegan a estas edades vemos una frecuencia de aparición de cáncer realmente elevada", añade.

Botella indica, además, que en ocasiones el "signo de alarma" son las nuevas manchas o lesiones que aparecen en la piel, un síntoma que debe "motivar una consulta al dermatólogo". Por esta razón, hace hincapié en la importancia de la autoexploración, es decir, "que cada cierto tiempo la gente repase los lunares que tiene para ver si han cambiado".

Asimismo, Botella asegura que se ha avanzado en la investigación sobre el cáncer de piel, ya que se ha pasado de "un acercamiento únicamente químico a uno más molecular", basado en el conocimiento "muy minucioso" de las variaciones del tumor que indiquen mejor el pronóstico y "cuál sería el mejor tratamiento para el paciente".