El Mallorca pierde su blindaje
El Rcd Mallorca jugó y plantó cara a una Real Sociedad que se llevó el botín de Son Moix gracias a una contra de calidad

As

Palma
Las previas están llenas de datos, de estadísticas, y de material curioso que completa los minutos que preceden a lo realmente importante: La Real llevaba trece años sin ganar en Son Moix, el Mallorca llevaba ocho meses sin perder en casa...
Nada reseñable en cuanto se puso el balón en juego. El equipo de Vicente Moreno, que repetía la fórmula que le hizo ganar contra el SD Eíbar en la primera jornada, salió con un par de marchas más que la Real. Un par mallorquín...
Menos de un minuto tardaba Lago Junior en conectar un cabezazo que hacía a Moyá rememorar lo que es atajar un esférico en Son Moix. El Mallorca conectaba con la bola y la Real se sentía incómoda. Veinte minutos tardó Odegaard en entrar en contacto serio con el balón y el equipo donostiarra lo notaba. Una primera parte donde el picante lo puso el Mallorca aunque sin ocasiones claras.
Justo antes del descanso un balón de cirujano de Illarramendi para Oyarzábal obligó a Reina a hacer un paradón, lo justo para desviar hacia el palo el balón y salvar el primero gracias a la estirada y a la madera.
Cierto es que en la segunda parte la comenzó la Real con viento futbolístico a favor, la linea de centrocampistas encontró el contacto con el balón y el Mallorca sufría los embistes y se ponía a correr detrás del cuero.
Ocasiones sin demasiado peligro en una segunda parte comandada por los visitantes hasta que Illarra armó un misíl desde la frontal que salió lamiendo el palo de Reina. Poco después Lumor se sacaba un centro-chut desde la banda izquierda como réplica y el palo de la portería de Moyá esta vez era el que evitaba el gol local.
Sin ocasiones manifiestas de estas que hacen llevarse las manos a la cabeza, se llegó a los últimos diez minutos de partido. Momento en el que Odegaard decidió ponerse la capa. Armó un buen pase para Portu y echó a correr. El español marcó muy bien los tiempos del contragolpe y sirvió un balón rodado para que el jovencísimo noruego definiera con una clase y una templanza soberbia ante la salida de Reina.
Demasiado castigo para el Mallorca que había peleado de tú a tú contra un conjunto vasco que está llamado a pelear por los puestos europeos este año. Pero la calidad tiene eso, que llega, y te castiga.
Primera derrota de la temporada que invita a pensar en que, esto es otra liga, en que el Mallorca sigue mordiendo en Son Moix a pesar del tropiezo, y porque no decirlo, un niño sin experiencia en primera, de veinte añitos quito el candado que llevaba ocho meses custodiando Son Moix.
La experiencia es vital para LaLiga, pero la calidad a veces es un Mentos en Coca-cola.




