¿Cómo deben usar los jóvenes las redes sociales?
Sexting, grooming, ciberbullying, el uso de apuestas online o páginas de contacto, entre los principales riesgos
Fuenlabrada
Niños con 10 y 12 años que ya tienen su perfil en Instagram, adolescentes que publican fotos subidas de tono y sufren ‘sexting’ o ‘grooming’, acoso a través de las redes sociales, datos e imágenes que revelan información imborrables para el futuro profesional. En tiempos de nuevas tecnologías y ciberseguridad, hoy queremos hablar de concienciación en el uso de esas tecnologías tan integradas en las vidas de los más jóvenes, como forma de prevenir situaciones indeseadas.
En ello trabaja la Unidad AgenteTutor de Getafe que empezó a funcionar en noviembre de 2018, aunque que tenía antecedentes de trabajo con menores desde 2003. Juan José Pacomio y Sebastián Portillo, oficial y agente de la Policía Local de Getafe, respectivamente, forma parte de esta unidad y destacan entre todas dos recomendaciones: cuidado con las imágenes que se suben y con los datos personales que ofrecemos.
En la Ciberguarida_ Entrevista a Juan José Pacomio y Sebastián Portillo, oficial y agente de la Policía Local de Getafe, respectivamente, sobre el buen uso de redes sociales entre los jóvenes.
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“Tener en cuenta la palabra respeto, cuidado con hacer fotos y subirlas sin el permiso del otro y respeto por ellos mismos. También atención con lo que subimos, que no sean fotos subidas de tono, polémicas… porque su imagen se va a ver incluso en el Monte Everest, que hay wifi”, dice Pacomio. También, el agente Portillo, pide precaución con la privacidad. “Cuanto más datos nuestros volquemos en las redes, cuanto más sepan de nosotros, más vulnerables seremos”.
Ambos forman parte del programa municipal denominado “Uso seguro y responsable de Internet”. Visitan centros educativos para contar a los niños y adolescentes los riesgos y las precauciones a la hora de entrar en Internet y manejar redes sociales, tan habituales para ellos. Los agentes comienzan a ofrecer sus charlas en 6º de Primaria, es decir, a niños de 12 años, aunque creen que en el próximo curso se dirigirán también a 4º de Primaria. A los 10 años muchos en su Primera Comunión tienen como regalo estrella el móvil y por él llegan a Internet y al WhatsApp. “Los niños se meten en muchos sitios y con mucho uso. El control de los padres deja mucho que desear, a veces”. Por eso, les sitúan en el ámbito virtual, les alertan sobre comportamientos erróneos en la red, sobre todo, de privacidad.
Sexting, grooming y ciberbullying
Hay un conducta entre los más jóvenes muy habitual y es el exhibicionismo en la red y por eso muchas veces se puede caer en el ‘sexting’, enviar mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico y sexualpersonal a través del móvil, WhatsApp, redes sociales o correos electrónicos. Portillo recuerda que “una vez que sale del dispositivo ya no se tiene ningún control sobre la imagen, con la que nos pueden hacer chantaje o pasarnos factura en la vida adulta.
Otro riesgo lleva el nombre de ‘grooming’. “Muchos chicos creen que están hablando a través de Internet con alguien de su edad y detrás puede haber un pederasta que se gane su confianza y les convenza para quedar o mandar un foto comprometida. Y ahí empiezan los chantajes”, según Pacomio.
Además de estas dos situaciones, los dos agentes alertan de otra que ven en determinadas ocasiones en las clases. El ‘ciberbullying’. Un acoso en las aulas que con Internet se ha dimensionado, asegura Portillo. “Les hablamos del acoso que se ha venido produciendo de siempre y ahora se dimensiona al salir de clase a través de Internet. WhatsApp, por ejemplo, ha modificado sus condiciones de trabajo y ahora cuando se abre un grupo solo me pueden incluir con mi autorización”. Y es que el acoso también ha llegado a los móviles como indican los agentes que en este curso se encontraron el caso de una menor a la que metían continuamente en un grupo de WhatsApp para reírse de ella y, aunque se saliera, la volvían a incluir.
Apuestas online y páginas de contacto
En la ESO se hace mucho más hincapié en la imagen, porque hay más exhibición, sobre todo en redes sociales como Instagram. “Pretenden que les den más ‘me gusta’ y eso hace que el nivel de exigencia de la imagen sea mayor, más comprometidas”, reconoce Pacomio.
Pero en Bachillerato se da un salto a temas más espinosos como las apuestas online o las páginas de contactos. Aseguran que cada vez hay más chicos que se meten en Internet para probar en juegos de azar. “En España estén muy bien regulado por ley, pero al ser todo virtual, cualquiera pone los datos de la documentación de sus progenitores y se mete pensado que va a tener ganancia fáciles y luego vienen los sustos”. También aseguran que nos sorprenderíamos si supiéramos los jóvenes que entran en páginas de contactos como forma fácil y rápida de relación.
El desconocimiento de los padres
Otro problema importante detectado en este mundo virtual es que muchos padres no conocen cómo funcionan las redes sociales y eso dificulta el control que deben ejercer sobre su manejo y los problemas de su hijo en ellas.
Los padres “deben ponerse las pilas. Si quiero hablar el mismo idioma que mi hijo, tengo que estar metido en el mismo mundo que él. Si no saben, les recomendamos que hablen con sus hijos y sean ellos los que le aleccionen”, dice Portillo. Muchos padres aseguran saber todo, o casi todo, del comportamiento digital de sus hijos, entre otras cosas, los perfiles que tienen abiertos, pero no suele ser así. Por eso, se sorprenden al comprobar la realidad. “Cada dos años, más o menos, van a crear otra cuenta, porque van a evolucionar y no querrán que vean el perfil que tenían de más pequeños, así que pueden llegar a los 18 años con cinco cuentas distintas”, dicen los agentes.