Temporales e infraestructuras
Cuando todo pase, habrá que analizar cómo han funcionado las infraestructuras disponibles y planificar las que sean necesarias
La Columna de Carlos Arcaya | Temporales e infraestructuras | 13/09/2019
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Alicante
Lo primero es lo primero y el objetivo sigue siendo minimizar las consecuencias del temporal y evitar daños personales. Todavía no se va a dar por cerrada esta tercera gota fría del verano. Pero, cuando todo ello pase, habrá que analizar cómo han funcionado las infraestructuras disponibles y planificar las que sean necesarias.
No descubro nada si hablo de la laxitud de las normas, o de la vulneración de las mismas, que han permitido que en esta provincia, a lo largo de las últimas décadas, parte de nuestro territorio se llenara de edificaciones, sin tener en cuenta si se encontraban en zonas susceptibles de inundarse o no.
A finales de los 90, en la capital alicantina se llevó a cabo un plan de protección del municipio que incluyó la construcción de grandes canalizaciones, posteriormente ha tenido que adecuarse con obras complementarias -por ejemplo en la playa de San Juan- y todavía hay algunas que quedan por hacer. Sin olvidarnos del mantenimiento de todas estas obras y de la limpieza de los cauces de los ríos.
Ayer, el secretario autonómico de Emergencias, José María Ángel, aseguraba que estas tormentas tenían "magnitudes nunca vistas" en esta autonomía. El cambio climático, ya saben.
Con lo cual, no nos podemos contentar con lo hecho, hay que pedir a las administraciones que inviertan en planes y obras de protección.
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