Un equipo sin alma
El Tartiere cantó "directiva, dimisión" y "Del Olmo vete ya" tras una derrota del Oviedo ante el Elche (0-2) que podría dejar la destitución de Egea en las próximas horas.
Oviedo
“Tenemos lo que merecemos”, “me pongo en el lugar de la afición y entiendo que nos digan todo lo malo que se les ocurra”, “estamos haciendo las cosas muy mal y no estamos ahí por casualidad”. Estas son algunas de las frases que se escucharon en la zona mixta del Carlos Tartiere por parte de los futbolistas del Real Oviedo tras la dolorosa derrota ante el Elche que podría terminar con la destitución de Sergio Egea.
Sensación de equipo abatido y de un vestuario hundido. Eso es lo que refleja ahora mismo el conjunto azul que solo ha podido sumar un punto de 15 posibles por méritos propios. Imagen alarmante de dejadez y desesperación por parte de los futbolistas en el campo, que le hizo terminar con dos expulsados, y de falta de capacidad de mando desde el banquillo. Y así es imposible sacar adelante una situación que preocupa y mucho al oviedismo.
Unos aficionados que esta vez no se callaron y, además de sacar los pañuelos al viento y realizar una sonora pitada, fueron más allá y pusieron su foco en los dirigentes del club, algo que no había sucedido desde la llegada de Carso al club."Directiva, dimisión" y "Del Olmo vete ya" fueron los cánticos que se escucharon en la grada minutos antes de terminar el encuentro y también justo después de la finalización del mismo.
Escucha aquí la rueda de prensa íntegra de Egea tras el partido
Rueda de prensa de Egea tras la derrota ante el Elche
06:26
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1568570078_959282/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Llegaba el Oviedo con la necesidad de conseguir la primera victoria de la temporada en plenas fiestas de San Mateo y para ello Sergio Egea salió con todo su arsenal. Por fin, un mes después del comienzo de la competición, el técnico argentino apostó por el 4-4-2 como sistema e introdujo en la punta de ataque a Ortuño y Joselu, que en este último caso debutaba esta campaña tras su operación de rodilla. Bárcenas fue el relevo de Saúl Berjón en la banda izquierda después de que el canterano no pudiese entrar a última hora en la convocatoria debido a un proceso vírico.
Lejos de ver un equipo herido y con ganas de revancha tras el mal inicio liguero se pudo observar un conjunto sin alma y falto de confianza, y que al primer golpe se vino abajo sin haber podido mostrar reacción alguna durante los 90 minutos. Fruto de la impotencia llegaron las expulsiones en la segunda parte de Obeng y Tejera que dejaron al equipo con 9 jugadores.
Es verdad que los azules no fueron muy inferiores a su rival, pero la falta de recursos en todas las zonas del campo es evidente. El Elche, que aprovechó prácticamente sus dos únicas ocasiones del partido, supo jugar con la ansiedad del contrario y se llevó los tres puntos de forma merecida. La primera oportunidad de los visitantes fue en el minuto 14 tras un saque de banda que recibió Yacine dentro del área, se giró con facilidad a pesar de la oposición de Javi Fernández y, prácticamente sin ángulo, anotó por el palo corto de un Champagne que se venció antes de tiempo.
El segundo tanto del conjunto ilicitano llegaría a los 8 minutos de la segunda parte en una acción rápida entre Nino y Yacine. El capitán franjiverde le pondría un balón perfecto a la espalda de la defensa local, que estaba completamente descolocada, para que el francés picase la pelota ante la salida de Champagne.
El Oviedo lo intentó durante el encuentro con algún remate aislado de Ortuño sin peligro, pero a partir del segundo tanto del Elche la grada ya comenzó a hacerse notar para dictar sentencia. Incluso antes de los cánticos finales, la afición pitó a los suyos nada más terminar el primer tiempo.
Visto el panorama parece difícil que Sergio Egea se siente en el banquillo del Tartiere el próximo jueves frente al Extremadura. Es evidente que se necesita un revulsivo o un cambio de aires y en este tipo de casos el entrenador es siempre el mayor perjudicado.