La selección de Rudy y Llull
Han sido dos pilares básicos de una Selección en la que debió tener cabida un tercer jugador balear, Joan Sastre

"La línea roja" de Matías Vallés (16/09/19)
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Palma
En el quinteto que decidió la final del Mundial de baloncesto entre España y Argentina antes de que Scariolo concediera dos minutos a los reservas, figuraban dos jugadores baleares, Rudy Fernández y Sergio Llull.
No hace falta precisar que este peso determinante en la selección, hasta un cuarenta por ciento del quinteto clave, está muy por encima de la aportación demográfica de Balears a España.
Le he visto hacer cosas a Rudy sobre una pista de baloncesto que jamás veré en otro jugador, ni aunque lo entrenaran específicamente para imitarlo. También es mallorquín.
Sergio Llull es el mejor jugador del mundo que nunca ha jugado en la NBA, y superior también a la mayoría de jugadores de esa liga. También es menorquín.
Han sido dos pilares básicos de una Selección en la que debió tener cabida un tercer jugador balear, Joan Sastre.
La sobrecarga de problemas familiares o físicos no ha frenado a Rudy y Llull, que se complementan porque aportan cualidades antagónicas.
Rudy es frío, calculador, implacable pero ahorrador, amigo de obtener el máximo rendimiento del mínimo esfuerzo.
Llull es inquieto, incontrolable, difícil de seguir para el espectador por su movilidad centelleante.
Ambos son campeones del mundo.




