A favor de la limitación de terrazas
Uno de los impulsores del referéndum asegura que Palma es una ciudad aburrida sin sus terrazas

"La línea roja" de Matías Vallés (07/10/19)
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Palma
Los restauradores proponen un referéndum sobre las terrazas palmesanas el 1 de octubre, fecha en que todas las consultas populares son ilegales por definición.
Y después dirán que los empresarios no tienen sentido del humor.
Corresponde a Cort velar para que la vía pública esté a disposición de todos los ciudadanos, y no solo adecuada a la explotación de unos cuantos, que ademas muestran una decidida vocación expansiva.
Para eso se eligió a un ayuntamiento de izquierdas, y los votantes de esa persuasión harían bien en vigilar que Cort cumple con el designio de sus papeletas.
En Palma había un millar de terrazas, hay un millar de terrazas y habrá un millar de terrazas, según confiesa el portavoz Aberto Jarabo.
Por lo menos, que se vigile su adecuación a las timidas zonas pintadas, algo que no ocurre en casi ninguno de los establecimientos que he repasado.
Terrazas sí, como dicen los empresarios, pero muchas menos.
Uno de los impulsores del referéndum asegura que Palma es una ciudad aburrida sin sus terrazas.
No replicaremos que Palma es una ciudad con empresarios aburridos, pero sí que el aburrimiento es el mismo argumento esgrimido por el noruego que quiere convertir Son Espanyolet en un sucedáneo de Magaluf, extraña coincidencia.




