Perera corta dos orejas en el gran éxito del Baratillo y la Esperanza de Triana
El rejoneador Diego Ventura logró una y González Écija dio la vuelta al ruedo con lleno de "no hay localidades" en el coso maestrante
Sevilla
La fórmula del festival prohermandades para cerrar el año taurino en Sevilla en la tradicional fecha del 12 de octubre ha llegado para quedarse. Si el año pasado fue la Hermandad de La Macarena la beneficiaria del lleno hasta la bandera que registró el coso maestrante, en esta ocasión el gran éxito del "no hay localidades" en las taquillas de la plaza ha recaído en el Baratillo y la Esperanza de Triana, en una tarde en la que pusieron la cumbre artística el rejoneador Diego Ventura en el que abrió plaza, al que le cortó una oreja, y, sobre todo, el extremeño Miguel Ángel Perera ante el tercero, logrando el doble trofeo. Por lo demás, el novillero Jaime González-Écija dio una vuelta al ruedo en el sexto, mientras que Morante, Cayetano y Pablo Aguado fueron ovacionados tras mostrarse muy por encima de sus oponentes.
- FICHA DEL FESTEJO
El ambiente en los aledaños de la plaza de toros fue el de las grandes tardes de Feria. Ya en el interior, la Banda del Maestro Tejera amenizó la espera recorriendo el anillo al son de 'La Giralda' y estrenando en los medios el pasodoble 'Pablo Aguado' que ha compuesto el reconocido Abel Moreno. Con los tendidos a reventar el paseíllo concluyó con la interpretación del Himno Nacional, que fue recibido por los asistentes como si de un partido de la selección española en campo local se tratara. Y a partir de ahí, a torear...
El rejoneador Diego Ventura se las vio con un novillo tan noble como justito de emoción, la suficiente para coserlo al estribo de 'Nazarí' y formar, montando a 'Lío' un auténtico alboroto en las banderillas al quiebro. Un certero rejonazo puso la oreja en sus manos.
Morante de la Puebla lanceó de inicio al delantal templado y con gusto. Las dos varas parecieron excesivas para un novillo a todas luces de escasa fuerza, pero lo del reglamento vale hasta para los festivales. Un tanto informal el de Cuvillo en la lidia, con muchos capotazos, y con algo de fondo para que Morante, tras brindar a Moeckel como coordinador del festival y pesar del molesto viento, dejara algún natural suelto antes de la estocada casi entera final.
Perera llegaba a este cartel por vía de la sustitución en lugar de Manzanares y para empezar bordó el toreo de capote cambiándoselo a una mano y sin enmendar la figura, siguiendo después en el quite por chicuelinas y cordobinas. Tras brindar al respetable, comenzó la faena con las dos rodillas en tierra, ligando de ese modo la primera serie en redondo por el pitón derecho. El tono alto de la faena continuó y alcanzó la cumbre en un circular por la espalda seguido de un cambio de mano que se hizo interminable. Ya con el novillo a menos, Perera acabó metido entre los pitones con lo que las dos orejas de su oponente fueron suyas después de una estocada algo contraria.
Cayetano pechó con el toro más alto y feo de hechuras a lo que después sumaría su escaso celo y movilidad sin entrega. Hubo algún momento templado por el pitón derecho y fue preciso un descabello para finiquitarlo.
A Pablo Aguado le emocionó la ovación que le dio el público antes de que saliera el quinto de la tarde en recuerdo de su triunfo en la pasada Feria. La respuesta del torero fue inminente con el capote, lanceando templado a la verónica, casi al ralentí por el pitón derecho. La pena es que el toro dio para poco más por su escasa clase a lo que se unió el molesto viento. Lo despachó de estocada baja y atravesada
Cerraba plaza el joven novillero astigitano Jaime González-Écija, triunfador el pasado julio del ciclo de promoción en la Maestranza y debutante con picadores hace poco más de un mes en tierras madrileñas. Dos faroles de rodillas en el tercio fueron su tarjeta de presentación con el capote, aunque después estrellara sus tremendas ganas ante un novillo muy parado que brindó a sus compañeros de cartel. Debe quedarse con el calor del público sevillano tras la media estocada final