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Los estafadores presionaron con decenas de emails a la empleada de la EMT para ejecutar el fraude lo antes posible

Le insinuaron que el anuncio de la compra de una empresa asiática por parte de la EMT se iba a realizar el 18 de septiembre

Autobús de la EMT de València / EMT/AYUNTAMIENTO DE VALÈNCIA - Archivo EUROPA PRESS

Valencia

Los estafadores presionaron a la empleada de la EMT despedida para que hiciese de forma urgente todas las transferencias porque la presunta compra de una empresa asiática se pretendía anunciar en Valencia el 18 de septiembre. Una falsa compra por la que los estafadores pretendían llevarse once millones de euros aunque finalmente solo lograron hacerse con cuatro millones.

Así se desprende de la lectura de las decenas  de correos electrónicos a los que ha tenido acceso Radio Valencia Cadena SER. Correos que la trabajadora de la EMT, a la que la dirección echa toda la culpa, cruzó con los estafadores y con los distintos agentes del banco que accedieron a realizar hasta ocho transferencias promovidas por dicha empleada en solo 17 días.

Primer contacto, 3 de septiembre

El primer contacto de los estafadores con la trabajadora se remonta al 3 de septiembre cuando uno de ellos se hace pasar por abogado fiscalista de una conocida consultora. Tras una primera llamada telefónica la trabajadora recibe un primer email pidiéndole que firme unas clausulas de confidencialdiad con el fin de no revelar la presunta compra que iba a realizar la EMT de una empresa asiática.

Al cabo de una hora la empleada recibe otro correo de los estafadores esta vez haciéndose pasar por Giuseppe Grezzi y haciendo alusión a las cláusulas de confidencialidad que el falso representante de la consulta le reclamaba firmar. En ese correo el falso Grezzi le pide a la trabajadora que el asunto solo puede ser "manejado" por ella y que no debe hablar con nadie "hasta el anuncio oficial de la compra". El estafador llega a poner fecha para el anuncio oficial de la compra, el 18 de septiembre.

Primero Bankia, luego Caixabank

En los siguientes correos, los estafadores tantean a la trabajadora para conocer qué firmas son necesarias para autorizar el total de la operación, 11 millones y medio de euros. La empleada les explica que se ha de abonar en varias facturas y que en función de la cantidad es necesaria la firma mancomunada de algunos de los responsables de la empresa.

En ese cruce de correos se baraja una primera entidad financiera, Bankia, pero dadas las dificultades se opta por otra entidad, Caixabank, que es la que finalmente accederá a realizar las transferencias internacionales contando con la presunta firma del gerente, Josep Enric García Alemany y de la directora de gestión María Rayón. Es tal la presión que los estafadores vierten sobre la empleada que en ese mismo cruce de correos le hacen llegar ya la primera de las facturas por valor de 343.000 euros.

Ocho transferencias en 17 días

Todo esto el primer día en el que se gesta la estafa, el 3 de septiembre. A partir de ese día la empleada va atendiendo las peticiones de los estafadores y va ordenando a la entidad bancaria transferencias que oscilan entre los 320.000 euros y los 686.000. Así hasta un total de 8 transferencias, todas de carácter urgente, según rezan los correos, que suman los cuatro millones de euros defraudados.

Según consta en los emails que obran en poder de Radio Valencia las primeras cuatro transferencias de dinero se hacen a una cuenta bancaria en Hong Kong cuyo titular es JG Trade Company Limited. Las otras cuatro restantes se hacen a otra cuenta bancaria en Hong Kong a nombre de la compañía, Shengy Trading Limited. Se da la circunstancia de que se frustra una novena transferencia prevista para el 23 de septiembre, día en el que el banco detiene la operación al percatarse de que se podría tratar de una estafa.

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Nadie en Caixabank se percató

De la lectura de los emails se desprenden algunas curiosidades, como que son varios los agentes de Caixabank que atienden las peticiones las transferencias de dinero que pide la empleada de la EMT despedida sin que ninguno de ellos sospeche de que se trata de un fraude. Es el último de los agentes del banco que se hace cargo de la relación con la EMT el que, el 20 de septiembre, empieza a sospechar. Ese día le pide a la trabajadora que le remita por email todas las facturas emitidas hasta entonces por la presunta empresa objeto de la compra para analizar si la operación "es coherente" con la actividad de su cliente.

Una comunicación en la que por cierto, pone en copia a la directora de gestión de la empresa, María Rayón, a pesar de que la dirección de la empresa ha insistido en que nadie en la compañía, salvo la empleada despedida, conocía los movimientos de dinero. Pues bien a pesar de la sospecha, el agente accede a la transferencia solicitad el 20 de septiembre.

"¿Podemos hablar por teléfono?"

Es el 23 de septiembre cuando el trabajador del banco se resiste ya a acceder a una nueva transferencia si la empleada de la EMT no hacer llegar antes un nuevo documento firmado. La empleada trasladada al falso abogado que el agente de Caixabank está reclamando que firme un documento "firmado por algún autorizado en la cuenta" en la que se confirme que la dirección de la empresa está al corriente de que se están haciendo transferencia a China.

Una exigencia que traslada la empleada a los estafadores que acceden. Pero ya es tarde. El banco ya ha contactado con el gerente de la empresa para tratar de aclarar lo ocurrido. Es significativo el último de los emails que se cruzan la empleada y los estafadores. Ella le dice a uno de ellos "¿podemos hablar por teléfono?".

 
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