Huelga con aroma a órdago

Bilbao

Al llegar el verano, al despedirse de las concentraciones de los lunes hasta setiembre, recuerdo a un jubilado gritando: "Y ahora, a cuidar de los nietos". No les va a faltar trabajo no, cuando regresen de Madrid, a los que tengan los nietos en la concertada. Un mes de niñeros por la huelga anunciada del 7 de noviembre al puente de la Inmaculada y en vísperas de las vacaciones navideñas.

Un mes de paro supone un salto cualitativo en la protesta por diez años sin convenio. Padres y madres de las AMPAS y Gobierno vasco han coincidido en calificarlo de desproporcionado. Los primeros se van a movilizar para presionar, que es lo que parecen buscar las centrales con este anuncio inédito con aroma a órdago: las huelgas son de días, semanas o indefinidas. No de un mes. Que, además, sería un zarpazo tremendo en la nómina de unos huelguistas, que tampoco han secundado mayoritariamente los paros hasta ahora. Mientras Kristau Eskola guarda silencio. Y el Gobierno habla, pero se desentiende. Hasta ahora. Pero están chocando el derecho a la huelga y el de Educación: va a ser difícil no actuar.