Hablar de turismo es sexy
Decenas de gigantes turísticos perecieron en épocas pretéritas sin que les dedicáramos ni un análisis, porque era de mala educación hablar de turismo

"La línea roja" de Matías Vallés (23/10/19)
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Palma
Hace unos años tendría que pedirles perdón antes de disponerme a hablar de turismo.
Las gentes bien de Balears no hablaban de turismo, ni siquiera mal.
Aquellos seres enrojecidos de sandalias con calcetines no merecían nuestra atención.
Vivían confinados en sus ghettos, campos de concentración o de diversión, y no interferían en la vida cotidiana
Puede que ahora que no das un paso sin pisar a un turista sea obligatorio hablar de turismo, pero hay algo más.
La quiebra de Thomas Crook ha vuelto a demostrar que el turismo es sexy.
Decenas de gigantes turísticos perecieron en épocas pretéritas sin que les dedicáramos ni un análisis, porque era de mala educación hablar de turismo.
Ahora hay personas que no solo se han distraído de la política, sino incluso del deporte en los casos más extremos, porque quieren debatir sobre la industria de los extranjeros.
Nadie hubiera ido a ver una década atrás una película titulada ‘Overbooking’, que hoy ha conmovido a decenas de miles de personas como lo hubiera hecho otra que se titulara ‘Slot’, ‘Brunch’, ‘Cluster’ o ‘Coffee Break’.
Antaño componían un diluvio de palabras secretas para que el enriquecimiento de unos pocos pasara desapercibido a la mayoría.
Esta mayoría ha tomado ahora la palabra, pero las soluciones al turismo siguen sin llegar.




