La capital se blinda ante la Cumbre del Clima

Madrid

Miles de agentes de la Policía Nacional junto a efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Municipal madrileña integran una operación de seguridad que se ha diseñado en algo más de un mes cuando lo normal para una cumbre como esta es que los preparativos duren cerca de dos años.

Pero Madrid puede con todo. Y si no ya está un gobierno en funciones para obligar a que pueda. De cualquier modo, garantizada la seguridad en Cataluña, el dispositivo en la capital se va a centrar en la sede del plenario, IFEMA, donde queda instalada una comisaría junto a unos accesos férreos a los pabellones que acogen las reuniones.

La realidad con la que trabajan los cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado es que el movimiento ecologista no es violento, pero hay sospechas de que grupos radicales, que nada tienen que ver con la defensa del medio ambiente, traten de hacerse notar en este evento de proyección mundial que dura 12 días.

Las unidades y brigadas de Información de los cuerpos policiales escudriñan desde hace semanas la posibilidad de que los grupos antisistema puedan activar una "contracumbre".

Sin duda, la jornada inaugural de este lunes es la más problemática de todas porque se van a a dar cita en la capital dirigentes de 195 países incluyendo a los 28 de la Unión Europea, que llegaran a la capital por la mañana y se marcharan por la tarde en su mayoría.

Madrid va a ser una ratonera de vías rápidas cortadas por el paso de comitivas oficiales. Hay que tener en cuenta que la Cumbre se celebra en dos zonas muy diferenciadas: la zona Azul, el espacio que administra Naciones Unidas y su propia seguridad y la Zona Verde, el foro de las ongs que desarrollan la agenda de acción climática.