Una de cal y una de arena en el Pleno

Alicante

Una de cal y otra de arena. En el Pleno de ayer, a la hora de justificar el desatino de las luces de Navidad, se puso de manifiesto lo que lamentablemente es una forma muy extendida de actuar. Y siento generalizar, que alguien siempre se puede quejar.

En estos casos, se tiene a despejar las dudas al patadón o incluso se socializan las responsabilidades. Y cuando las culpas son de todos, nadie es culpable. «Tranqui, colega, la sociedad es la culpable», decían los Siniestro Total -y perdón por la referencia musical, qué le vamos a hacer-. En esta política actual, con tanta trinchera mediatizada y cainita, es lo que se lleva, armar un discurso en forma de ariete y encender el ventilador.

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Y por otra parte, el edil Antonio Manresa, que se ha ganado los principales titulares de la sesión, no fue precisamente ni diplomático ni condescendiente en su intervención de ayer en el Pleno.

Lo suyo fue un arrebato de principios en toda regla que le salió del fondo. Y en estos momentos está bien defender unos principios que están en riesgo, unos principios que, por tacticismo o por interés político, no se pueden maquillar o cambiar al estilo Groucho Marx