COAG anuncia un 2020 de "movilizaciones constantes" y advierte de que vamos a una "agricultura sin agricultores"

Cadena SER

Murcia
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha considerado este viernes que más grave aún que decretar el trasvase cero para diciembre es la justificación que se ha hecho relacionándolo con un supuesto perjuicio al mar Menor, al tiempo que calificó de “tremendamente injusta” la criminalización que se está haciendo al sector primario.
El presidente de COAG Murcia, Miguel Padilla, ha dicho en la tradicional rueda de prensa balance del año que la decisión del ministerio para la Transición Ecológica de no autorizar envíos para la agricultura con el objetivo de que el agua del trasvase no se destine al campo de Cartagena y, por tanto, no llegue a la laguna salada, es “una provocación” que genera enfrentamiento entre los agricultores de las diferentes comarcas, al tiempo que perjudica a todo el sector y aumenta su criminalización y su responsabilidad sobre la degradación de la albufera.
Una culpabilización, ha dicho, “injusta”, ya que el Mar Menor ha recibido durante décadas “muchas aportaciones de muchos sectores distintos” sobre ni los que la sociedad ni la clase política están poniendo el foco.
Así, se ha referido al borrador de la nueva ley de medidas urgentes que está previsto que apruebe el próximo 26 de diciembre el Consejo de Gobierno, del que COAG solo ha conocido los artículos concernientes a agricultura, y que considera que establecen restricciones en base a criterios que carecen de “rigor científico”.
En especial, ha criticado las zonas de protección establecidas (solo dos frente a las tres actuales) y ha pedido que se modifiquen y que no se basen en el trazado de una autovía, sino en motivos técnicos y científicos.
Otra de las preocupaciones del sector a nivel regional, ha apuntado Padilla, tiene que ver con la paulatina entrada de fondos de inversión en el negocio agrario, para lo que ha pedido una mayor regulación puesto que ese modelo, ha advertido, llevará a la desaparición de la agricultura tradicional para impulsar otra “agricultura sin agricultores”, con las explotaciones en manos de grandes compañías.
Se trata de un fenómeno que ya se dio con el sector porcino, ha apuntado, donde solo el 20 por ciento del negocio no está en manos de ese tipo de fondos, que, según ha dicho, "no generan beneficios para la comunidad y degradan las condiciones de los ganaderos".
También ha mostrado su preocupación por las negociaciones de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), que, en su opinión, podrían ir a la baja, con un importante perjuicio especialmente para los cultivos de secano.
Por eso, ha insistido en la necesidad de que el Gobierno regional nombre cuanto antes al director general de la PAC, único cargo vacante desde que se constituyó el Ejecutivo, al que ha pedido también más fondos para sufragar la contratación de seguros, con pólizas cada vez más costosas y con menos prestaciones, ha denunciado.
Por otra parte, Padilla ha anunciado que el 2020 será un año de continuas movilizaciones a nivel nacional en las que COAG espera que participen también el resto de organizaciones agrarias para reivindicar tres asuntos fundamentales: los precios, muy bajos en relación con los costes de producción; la entrada de productos de terceros países, más baratos porque tienen menos exigencias y controles, y la “asfixia” a la que los distribuidores someten a los productores.
Como ejemplo, ha puesto el caso del brécol, que esta semana las cadenas de distribución estaban pagando a los agricultores a 0,3 euros el kilo, cuando en los supermercados se venden por entre 2,5 y 2,8 euros el kilo.
En su opinión, 2019 ha sido un “año difícil”, en el que los precios en general no han sido buenos y solo han alcanzado niveles aceptables cuando no había producción, lo que ha ocurrido en varias ocasiones porque la meteorología ha hecho estragos en muchas de las cosechas.
Esa situación se volverá a repetir de forma previsible, puesto que muchos cultivos están en floración y lo probable es que acaben helándose en los meses de enero y febrero, perdiéndose los frutos.
En la ganadería, el porcino ha tenido buenos precios, pero no así el ovino extensivo propio de la comarca del Noroeste, una actividad que se ha vuelto “casi insostenible” y que tiende a desaparecer, ha lamentado.




