Educación castiga a los ahorradores
El milagro es que los directores logren apartar unas cantidades para emergencias, véase la compra de una fotocopiadora

"La línea roja" de Matías Vallés (15/01/20)
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Palma
¿Se imagina que este mes no le pagaran el sueldo, con la excusa de que tiene usted dinero ahorrado con el que puede subvenir a sus necesidades sin emplear el salario?
Peor todavía, ¿se imagina que le retiran sus ahorros íntegros, porque la situación está muy fastidiada y usted los tiene de todas formas aparcados?
De las pocas cosas que aprendimos en la escuela, todos recordamos todavía la fábula de la cigarra derrochadora y la hormiga ahorrativa, ¿se imagina usted darse cuenta de que la cigarra no paga las facturas de su frivolidad, en tanto que a la hormiga le confiscan el fruto de sus estrecheces?
Y peor de todo, ¿se imagina que este atentado contra la fábula que se enseña en todas las aulas ocurriera en los mismos colegios?
En efecto, los centros educativos públicos de Balears se enfrentan a este drama de requisa de sus remanentes, a manos de una conselleria que no los castiga por manirrotos, sino por ahorradores.
El milagro es que los directores logren apartar unas cantidades para emergencias, véase la compra de una fotocopiadora.
La rapiña que lleva a cabo el Govern, porque el conseller March dirige las miradas a Hacienda, no mide el nivel de arbitrariedad, sino de necesidad.
¿Por qué no meten mano en las cuentas de los colegios concertados, que también reciben cantidades sustanciosas de fondos públicos?




