Las tierras "colorás", un paisaje de Marte en plena Serranía de Cuenca
Dentro del Monumento Natural de Palancares y Tierra Muerta descubrimos un paraje distinto formado por tierras arcillosas
Cuenca
En el espacio Nos vamos de excursión que coordina Fernando Carreras de EcoExperience, y que emitimos los viernes en Hoy por Hoy Cuenca, esta vez descubrimos uno de esos paisajes únicos e increíbles de la provincia de Cuenca, las tierras “colorás”, un paraje que nos hará creer que estamos en Marte.
Las tierras “colorás”, un paisaje de Marte en plena Serranía de Cuenca
07:12
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1579872773_336423/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Para llegar a este lugar extraordinario tenemos que dirigirnos desde Cuenca, por la carretera de Palomera, hasta el pueblo de Buenache de la Sierra y, una vez pasamos el pueblo, continuar en dirección a Beamud, hasta llegar a la base de la BRIF del Prado de los Esquiladores. También podemos buscar la ruta en Google Maps, pero ojo, no confundir con las Tierras Coloradas de Cuenca en Ecuador.
Una vez en la base BRIF lo mejor es dejar el coche en este punto. Desde aquí veremos que sale una pista forestal de tierra que seguiremos durante un kilómetro hasta encontrar un primer desvió a la izquierda. Tomaremos ese sendero que es más estrecho y de peor firme pero accesible para el senderismo. Lo seguiremos unos dos kilómetros hasta adentrarnos cada vez más en el bosque, de manera que encontraremos un sabinar bien desarrollado de sabinares albares de gran tamaño, entremezcladas con pinares negrales y masas de encinas y robles. Estamos dentro de la extensión del Monumento Natural de Palancares y Tierra Muerta, en su límite más al norte.
Seguimos andando durante unos dos kilómetros aproximadamente por este sendero. Llegará un momento en el que veremos que el paisaje comienza a cambiar, sobre todo iremos viendo que el suelo comienza a ser arcilloso y de color rojizo y que la vegetación cambia del pinar a un espacio de arbustos de pequeño tamaño. En cuanto avancemos un poco más veremos el gran cambio ya que se abre ante nosotros el paisaje conocido como las tierras “colorás”.
Estamos en una amplia extensión de arcillas con gran cantidad de hierro y textura arenosa, dentro del cual no crece ninguna planta, por lo que veremos una amplia extensión de color rojo ante nosotros. Podemos caminar por el interior o rodear la zona, disfrutando de los contrastes del color rojo, con el bosque de alrededor o con el cielo.
En cuanto a fauna, no será difícil distinguir entre el suelo arenoso huellas de jabalís, ciervos y corzos, además de otros pequeños mamíferos, como zorros, ginetas y tejones.
Una vez que veamos este espacio o rodeemos todo lo que es el perímetro de las tierras “colorás”, volvemos al coche por el mismo camino que hemos seguido para llegar. Realizando un total de unos siete kilómetros ida y vuelta.