Dos años de reforma para volver a la vida

Zaragoza

'Viva la vida', de Coldplay, sonaba en directo desde un escenario elevado, sobre la puerta, explicando con música lo que hoy, miércoles, llevan por dentro los detallistas del Mercado Central de Zaragoza, recién reformado, y que se resume en rostros, exultantes, a pesar de que hoy aún no venderán nada. De hecho, mañana, jueves, pondrán los precios a sus productos.

El mercado acoge 78 puestos, 4 de ellos de restauración, con vegetación coronando algunos de ellos, bajo una cubierta de madera y forja, testigos de nuevas ilusiones, como la de Alberto Gadea.

Para él, sí empieza un camino nuevo: "Se nos pegó fuego el puesto, tuvimos la suerte de que pudimos volver a abrir otra vez el provisional con una serie de imprevistos y de gastos pero la verdad es que estamos muy contentos, después de tanto tiempo y tanto esfuerzo, ha merecido la pena", ha relatado Gadea desde su puesto de encurtidos. 

A los comerciantes les ha resultado fácil reacomodarse a los nuevos puestos, más espaciosos y con tecnología de última generación. David Pueyo venderá carne como ha hecho durante tres décadas su familia. "Tenemos un espacio muy amplio, y con la oferta que nos va a dar la hostelería, tenemos todo para triunfar", afirma. "Se lleva bien; son competencia pero son compañeros y también son amigos".

En el primer paseo por estas renovadas instalaciones, el alcalde de Zaragoza ha repartido agradecimientos, a todas las corporaciones, incluso remontándose a la de Sáinz de Varanda pero, tras el repaso, ha reconocido especialmente la labor del gobierno de Pedro Santisteve (Zaragoza en Común).

Esfuerzos comunes para llegar a un edificio que además de alimentos pretende ser un polo de atracción muy diverso. El alcalde Jorge Azcón ha remarcado que "hoy es una buena noticia no solo para los detallistas, sino también para el impacto económico que va a tener en la ciudad, en la creación de nuevos puestos de trabajo y además es un nuevo motor urbanístico y turístico en el corazón de la ciudad de Zaragoza".

El mercado retira poco a poco su precinto virtual, porque si hoy los profesionales caminaban ufanos, lo de mañana pinta a batir los registros de su felicidad, "que es cuando viene el público del día a día".