Ca Na Martina. Fem un variat!
"Yo nací en el Bar Les Palmeres, el bar de toda la vida que hace esquina en la entrada del Portixol..."
Palma
Así empieza Martina Salvà de Ca Na Martina a contar su historia sobre cómo ha llegado a crear, tiempo después de abandonar su família aquel mítico local, uno de los mejores templos del variat de Palma.
"Les Palmeres era de mis padres. Ellos se dedicaron a preparar variats y otras especialidades desde 1965, y lo hicieron hasta 2006, año en que se jubilaron, cansados de tanto trabajo duro durante tantos años". En aquel momento "todos los que estábamos con ellos lo dejamos, pero yo me cansé de no trabajar y decidí buscar un local y montar esto" dice desde Ca Na Martina, un acogedor puesto ubicado dentro del mercado de Pere Garau que se ha convertido en centro neurálgico para los amantes de esta especialidad.
Desde este pequeño gran templo del variat, Martina no cesa de hacer lo que más le gusta y mejor sabe: cocinar. De lunes a sábados, entre las 6.30 y las 14.30 horas, desfilan por la barra de Ca Na Martina una cantidad incondicionable de variats de diferentes tamaños, nos confirma Joan, hijo de Martina, desde el establecimiento.
Lo sugerente y casi hipnotizante mezcla de frit, callos y pica pica que salen de las manos de Martina provoca una catarsis entre el visitante y este santuario del plato que condensa gran parte del carácter y la idiosincrasia de esta isla y sus habitantes. "Algunos sábados se concentran hasta tres filas de personas haciendo cola para comer un variat", confirma esta maga de los fogones, al tiempo que nos susurra : "Me gusta mucho este trabajo".
Y es así, con este sincero amor por la cocina casera desde uno de los más pequeños templos de nuestra ruta del variat, como salen a diario, dentro del mercado Pere Garau, variats con albóndigas, ensaladilla rusa, champiñones, bacalao con tomate, pulpo a la mallorquina, calamares a la romana, sepias asadas o pies de cerdo…. Entre semana, "tenemos mucha gente que viene de paso", y los días de mercado (martes, jueves y sábados) se reúnen "los clientes más habituales".
Si después de caer en esta tentación gustativa todavía queda espacio para degustar algo más, también se preparan deliciosos bocadillos de calamares.