El noruego de Son Espanyolet retrocede
Los registros gráficos llevados a cabo por los vecinos demuestran que los turistas no eran precisamente silenciosos, sino a menudo clientes habituales de Magaluf
"La línea roja" de Matías Vallés (12/02/20)
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Palma
La conquista vikinga de la sosegada barriada palmesana de Son Espanyolet consistió en que un súbdito noruego comprara sucesivamente las típicas plantas bajas de la zona.
Hasta seis casas adquirió Erik Oren en Son Espanyolet y, como ni siquiera un noruego necesita tanto espacio para vivir, se dedicó a alquilarlas por internet con ocupaciones que en ocasiones superaban las diez personas por vivienda.
De repente, un barrio sin perfil turístico se encontraba con un hotel horizontal camuflado.
Los registros gráficos llevados a cabo por los vecinos demuestran que los turistas no eran precisamente silenciosos, sino a menudo clientes habituales de Magaluf.
El vikingo se enfrentó a los vecinos organizados, reprochándoles que pretendían que Son Espanyolet fuera un funeral, seguramente por comparación con una Noruega que es la alegría de la huerta.
Los vecinos porfiaron y lograron que se denegara la licencia al restaurante de sospechosas dimensiones que el noruego pretendía inaugurar, y que los denunciantes creen que iba a dar servicio a las viviendas.
Así que el noruego ha colgado ahora la bandera de la rendición en el restaurante frustrado, un pabellón que en Balears no es blanco sino que adjunta las letras “Se vende”.
Se ha ganado una batalla, pero no la guerra.
