Elogio de la mesura

Alicante

El coronavirus está provocando una saturación de todo y de todos, lo que nos lleva a adoptar todo tipo de reacciones. Están las impulsivas, como dijo el presidente de Mercadona, que nos lleva a pertrecharnos de papel higiénico en los supermercados, lo bueno es que no caduca.

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O las reacciones mutantes, como la del alcalde de Alicante quien critica la actuación de la Conselleria de Sanidad y al día siguiente pide lealtad institucional a todos los partidos en el consistorio, por si acaso.

O las reacciones conspiranoicas; o las caóticas, o las compulsivas. Todas ellas nos llevan a ver muchos árboles y ningún bosque.

Hay quien tira de humor, lo cual tampoco es nada malo, a mi juicio.

Pero sobre todo, aunque no lo destaquemos los medios, la principal reacción es la mesura. Así se lo está tomando la mayoría de la población.

Y creo que hay que hacer un elogio de la mesura. Una cualidad que, si le echan una ojeada al diccionario, verán cómo se lleva mal con los excesos, la exageración, la demasía, el disparate o el abuso.