La pandemia no viene con manual de instrucciones

Alicante

Cuando Ximo Puig y el resto de presidentes le piden al gobierno flexibilidad exigente -o simplemente flexibilidad- lo que reclaman es que sean las autonomías las que, atendiendo a su realidad empresarial, le puedan poner la letra pequeña al decreto que reduce al mínimo la actividad económica.

Es decir, si la pasada semana la Generalitat y la mayoría de autonomías le pedían al ejecutivo que priorizara la batalla sanitaria y terminara de parar un país que funcionaba al ralentí, ahora, ante las advertencias empresariales, a los políticos les entra el vértigo.

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Y esto no es una critica a Puig, cuya administración va por delante de la mayoría en la gestión de esta crisis, es la constatación de una evidencia: que la pandemia no viene con manual de instrucciones y los políticos tienen miedo a errar.

Es complicado actuar con precisión quirúrgica para acabar cuanto antes la urgencia sanitaria y agilizar al máximo la recuperación económica. La disyuntiva entre vidas humanas y euros es perversa.