En el hospital de campaña de Ifema: "Estamos tan cansados que no somos conscientes de lo que vivimos"
Hay enfermeros que se han visto obligados a atender, en el turno de noche, a 50 pacientes cada uno: "Estamos agotados, pero ahora estamos para los pacientes. Ya tendremos tiempo de quejarnos a los jefes"
"Los pacientes están desubicados. Muchos no tienen relojes. Intentamos humanizar el espacio", cuentan los enfermeros
El hospital de la Feria de Madrid cuenta ahora con 1.300 camas y, de momento, ningún puesto de UCI
Madrid
Son las ocho de la mañana en el recinto de la Feria de Madrid, Ifema, que desde hace una semana alberga el hospital de campaña más grande de España. A esta hora, termina el turno de noche y empieza el de mañana. La entrada del recinto es un ir y venir de sanitarios. Los que llegan, que entran corriendo. Y los que salen, agotados. “Lo siento, pero es que solo quiero irme a la cama”, se disculpa una de estas trabajadoras. “Esta noche he estado yo sola para 50 pacientes”, le dice otra a una compañera mientras corre a su coche. Está nevando en Madrid y cuaja, a pesar de ser 31 de marzo.
El turno de noche lo cubren los enfermeros del SUMMA 112, del Servicio de Urgencias de la Comunidad de Madrid. Denuncian que es el turno en el que hay menos personal, para el mismo número de pacientes. Y eso obliga a que, en ocasiones, solo haya un enfermero para atender a 50 personas. “No hay auxiliares, así que el trabajo que podría hacer un auxiliar, también lo tenemos que hacer nosotros. La carga es aún mayor”, cuenta un enfermero que acaba de salir del turno y prefiere mantener el anonimato. “Nos tienen reventados. Este fin de semana dicen que vamos a hacer guardia de noche, de 12 horas, viernes, sábado y domingo. No sé cómo estaremos el domingo, porque estamos muy cansados”, añade su compañera. “Estamos agotados, pero ahora tenemos que estar ahí para los pacientes. Ya tendremos tiempo de quejarnos a los jefes”.
"Intentamos humanizar, que los pacientes se sientan como en casa"
Entre el ir y venir de trabajadores, pasan, también, vehículos militares. ¿Impresiona trabajar en un lugar así? “Creo que estamos tan cansados que emocionalmente no somos conscientes de lo que estamos viviendo”, dice una de las enfermeras. “Lo que impresiona es estar de paciente en el lugar como este”. Cuentan que, en los pabellones, no hay luz natural, por lo que los pacientes están desubicados. Muchos tampoco tienen relojes. “Algunos abuelitos tienen móviles, pero no saben utilizarlos. Hay muchos a los que tenemos que preguntarles si han hablado con sus familiares. Y si no, les llamamos nosotros”. Los enfermeros intentan “humanizar” el espacio: “Hemos traído libros, por ejemplo, para intentar que se sientan como en casa”.
<p>"No hay ningún tipo de protocolo ni de instrucciones claras. La información cambia minuto a minuto y hace muy difícil poder trabajar y ser de utilidad", cuenta un médico residente en la SER.</p>
Otro de los problemas es la higiene. Los pacientes pueden estar días sin ducharse. Mercedes (nombre ficticio) le ha intentado llevar una muda a su suegro, que está ingresado en este hospital. “Le ingresaron el jueves en el Gómez Ulla, durante el fin de semana le trasladaron aquí, pero lleva desde entonces sin ducharse y sin un cambio de muda”. No le han permitido dejarle la ropa a su suegro, “solo el cepillo de dientes”. “Me voy un poco triste, pero bueno, es lo que hay. Él dice que está contento y que le tratan muy bien”.
Desde el domingo, sanitarios y sindicatos han empezado a denunciar que no tienen material suficiente, hablan de desorganización y aseguran que en los espacios comunes, como vestuarios, no pueden cumplir la distancia de seguridad. Han difundido imágenes utilizando bolsas de basura para protegerse. El coordinador del hospital, Fernando Prados Roa, niega problemas de falta de material, pero sí reconoce problemas de organización. "Evidentemente no es un hospital, es un sitio donde se hacen ferias. Y donde no hay los servicios que debe tener un hospital", explicaba este martes en La Ventana de Madrid.
Entre los que acaban de salir el turno de noche, hay opiniones muy diferentes. Los que niegan que estén desprotegidos; los que critican, enfadados, la falta de material; y los que lo asumen con resignación, pero todos coinciden en señalar que la situación ha mejorado desde el fin de semana. Una de las sanitarias asegura que "nunca" ha visto a alguien sin mascarilla, pero otra explica que se ven obligados a utilizar más de una vez un material que debería ser de usar y tirar. “Sabemos lo que hay. Estamos reciclando mascarillas durante el turno. Si queremos hacer un descanso, nos lo quitamos y volvemos a utilizar el mismo equipo”, asegura esta enfermera del SUMMA. “Las mascarillas FFP2 las reciclamos porque es lo que hay, no llegan. Es preferible tener algo reutilizado que no tenerlo. Si eso es tener material... Pues sí, tenemos material”, dice con una risa irónica.
La falta de material la sufren los sanitarios y también el resto de personal que trabaja en el hospital. Dos trabajadores de limpieza acaban de terminar su turno y cuentan que han estado cinco horas sin poder trabajar porque no tenían equipos de protección. “Hemos entrado a las once de la noche y hasta las cinco de la madrugada no hemos podido entrar en los pabellones. No nos daban un equipo de protección y nos hemos negado a trabajar sin ellos. Aquello es un caos”.
Aún no hay puestos UCI
El hospital de campaña de Ifema tardó poco menos de 24 horas en ponerse en marcha. El pabellón cinco, sin biombos, empezó a funcionar hace una semana y este martes han terminado de cerrarlo. Era provisional. Ahora están en marcha el pabellón siete, que acaban de acomodar, y el nueve, con 1.300 camas en total.
La rapidez con la que han construido el hospital explica que algunos justifiquen la desorganización. “Están en ello”, dice una médico que viene del Hospital de Fuenlabrada, “es verdad que es complicado, pero es que lo han montado en una semana”. “De como empezamos, dentro del pabellón cinco, a como estamos ahora, es una mejoría muy notable. El problema es que es mucha gente, no hay recursos porque están en los hospitales... Hay que entender también cómo se está desarrollando esto”, añade su compañero, que viene del Hospital de Leganés.
Los últimos pabellones que han puesto en marcha sí están distribuidos en módulos, pero, de momento, no hay ningún puesto de UCI. “Están vendiendo que hay camas de intensivos, pero aún no funcionan. No tienen intensivistas y no saben quién va a cubrir esas plazas”, asegura una de las enfermeras del SUMMA. Por ahora, los pacientes que atienden son, en su mayoría, leves. "Si alguno se pone muy mal, tenemos que trasladarlo a un hospital. Aquí no podemos atenderles", aseguran. La Consejería asegura que este miércoles van a abrir las primeras 16 unidades de cuidados intensivos, informa Javier Alonso.
La imagen de este recinto ferial de Madrid ha cambiado en apenas un mes. A finales de febrero, estos mismos pabellones acogían cientos de obras de arte. Se celebraba ARCO, la feria de arte contemporáneo. Un poco antes, en enero, fue FITUR, la Feria Internacional de Turismo de Madrid. Y a finales de diciembre, la Cumbre del Clima. Ifema es, por lo general, un lugar bullicioso, con un trasiego constante de ciudadanos, empresarios o políticos que acuden a visitar estos pabellones. Ahora, en cambio, lo que hay son ambulancias, camiones militares, personal de la Unidad Militar de Emergencias, policías y sanitarios.
Por el hospital ya han pasado más de 1.300 personas y han dado más de 500 altas. “Hay caos, pero es un caos llevadero porque la gente tiene mucha energía, positivismo y ganas de trabajar. Y eso ayuda”, dice una trabajadora de admisión que comienza ahora su turno.
Sara Selva Ortiz
Redactora de la sección de Nacional. Antes trabajó en el equipo de Hoy por Hoy, en Economía, en Informativos...