"En mi país, cáncer es sentencia de muerte. Aquí tenemos una oportunidad"

Santander

El coronavirus lo monopoliza todo y centra, logicamente, el mayor esfuerzo sanitario, pero el curso de la vida sigue y tambíen el curso de otras enfermedades, de otros procesos en los que es necesario el tratamiento y en muchos casos tratamientos muy largos. Por eso la Asociación Española contra el Cáncer en Cantabria ha reactivado su servicio de voluntariado acompañando a pacientes y familiares a través de teléfono y chat. Un servicio que recibe Flor. Su hijo, de 17 años, fue diagnosticado de linfoma de Hodgkin en noviembre pasado. En Hoy por Hoy Cantabria nos ha contado cómo la ayuda de la AECC les ha permitido comprender mejor el proceso que están viviendo.

“Yo soy muy positiva. Pedimos asilo en España desde El Salvador, donde ya enterramos a 3 familiares por cáncer, sin saber que al llegar aquí mi hijo tendría este diagnóstico. En mi país esta enfermedad es una sentencia de muerte” ha explicado Flor. Pero a pesar de su optimismo vital, esta madre se veía triste, hasta que la explicaron que estaba viviendo un proceso de duelo para asimilar la enfermedad que afectaba a su hijo. “Desde la Asociación me han ayudado muchísimo y ahora mi hijo también quiere hablar con estos voluntarios y psicólogos, para mi es una gran esperanza”.

Durante la emisión de Hoy por Hoy Cantabria, la gerente de AECC Cantabria, Celia García Horta, nos ha adelantado que ya hay una veintena de voluntarios (1.183 en total, a nivel nacional) para realizar el servicio de acompañamiento a personas con cáncer durante esta crisis sanitaria con el objetivo de que ninguna de ellas pueda sentirse sola. En este sentido, ha apuntado que todas aquellas personas que necesiten acompañamiento telefónico por parte del voluntariado de la AECC pueden ponerse en contacto con el servicio de Infocáncer (900 100 036) o, si prefieren recibir este acompañamiento a través del chat, pueden enviar un mail a charlamos@aecc.es

Por último, Mari Luz Soria, voluntaria de la AECC, nos ha explicado que, obligados por el distanciamiento social que impone la crisis del coronavirus, ahora en las conversaciones telefónicas tratan de reducir la sensación de soledad que pueden tener enfermos de cáncer que se encuentras solos durante el confinamiento.