Se llamaba Juan Miguel Suay, era bombero y le gustaban las cometas

Alicante

Un buen profesional de bomberos me decía el otro día que sentía una cierta frustración porque se tenía que quedar en el parque y que a él y a sus compañeros les gustaría estar más en la calle ayudando a los ciudadanos. Pero, por otra parte, entendía que su obligación es la que es y que tenían que protegerse para estar operativos ante una emergencia.

La pasada semana los bomberos del Consorcio Provincial perdieron al jefe de la sección de Innovación Tecnológica. Le despidieron con un minuto de silencio y haciendo sonar las sirenas de sus camiones. Todos sus compañeros sabían lo que le debían y su dedicación para hacer que el trabajo de todos los compañeros del Cuerpo fuera mejor y más efectivo.

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A los ciudadanos nunca nos llegan estas historias, ni tan siquiera sabemos de la existencia de estas personas. Quizás, durante estos días tan duros sí que les prestamos algo más de atención a todos estos profesionales (enfermeros, medicos, bomberos...) que no buscan el reconocimiento social y que en la mayoría de los casos lo hacen por vocación.

El bombero fallecido se llamaba Juan Miguel Suay y le gustaban las cometas. Y en él quiero personificar este homenaje a todos los que ahora nos cuidan, les aplaudimos todas las tardes y, cuando esto pase, olvidaremos.