La calle de Mauro Guillén, leprólogo

Valencia

Seguimos recorriendo virtualmente nuestras calles, en este tiempo de pandemia y confinamiento, en busca de historias y relatos imprescindibles que nos ayuden a conocer el arduo camino recorrido por la medicina y sus profesionales en la lucha contra las distintas enfermedades que han atemorizado a nuestra sociedad y en favor de una sanidad pública como la que hoy en día podemos disfrutar.

En este sentido, una de las lacras más temidas a principios de siglo XX en España fue la lepra, una enfermedad infecciosa, cruel, que estigmatiza y conlleva a la segregación social de los enfermos que la sufren y que aún a día de hoy sigue afectando a decenas de miles de personas en todo el mundo y de la cual se diagnosticaron seis casos el año pasado en nuestro país.

A caballo entre el siglo XIX y XX, varios casos de Lepra en zonas costeras de Valencia llamaron la atención del padre Carlos Ferris, misionero y apóstol social, por el rechazo y el lamentable estado en el que vivían las personas infectadas. Afectado por estos hechos y con la inestimable ayuda del abogado y político valenciano Joaquín Ballester, ambos emprendieron el proyecto de levantar una Leprosería que diese cobijo y cura a estos enfermos. Así, en 1909 se inauguro en el paraje de Fontilles, término municipal de la Vall de Laguar, el popularmente conocido como Sanatorio de Fontilles, que dirigido magistralmente por el médico dermatólogo Mauro Guillén pronto sería un referente en el tratamiento de enfermedades venéreas y sin duda el mejor centro del mundo en la lucha contra Lepra.

Mauro Guillén Comín (1876-1932) es considerado uno de los dermatólogos más importantes de la historia de la medicina patria. Fue discípulo de los prestigiosos doctores Jean Alfred Fournier y Paul Ehrlich, este último premio Nobel en 1908 y descubridor del primer tratamiento eficaz contra la sífilis, el conocido como Salvarsan, que Mauro Guillén aplicó por primera vez en nuestro país. Fue director del Dispensario Dermatológico y de Profilaxis Antivenérea de Valencia. Escribió numerosos artículos para las revistas de medicina más prestigiosas de España y Europa, concurrió y tomó parte muy activa presentando comunicaciones en la Conferencia Internacional de Lepra de Estrasburgo de 1923 y se convirtió en el leprólogo más eminente de nuestro país.

 Por este motivo, en 1943 el Ayuntamiento de Valencia decidió honrar al doctor Mauro Guillén reconociéndole su inestimable labor social rotulando una calle en su honor a orillas del río Turia, en el barrio de Tendetes. En ese mismo barrio también se rotularon durante la posguerra dos calles en honor a los otros dos impulsores del sanatorio de Fontilles, las calles del Padre Ferris y la de Joaquín Ballester. Incluso al primer tramo del camino viejo de Campanar, muy cerca de estas tres calles, se le puso el nombre de Vall de Laguar en homenaje al pueblo donde se encuentra el Sanatorio.