Los técnicos de la radio también son esenciales para que la compañía no falte

La radio es mágica. Decía Santiago Talaya autor de "Los ecos del boom de la radio" que "la radio nace cada mañana". Y no se equivocó, porque la radio cada día es diferente, en la radio nada se repite. Es el sitio de las historias, el sitio de las noticias y el sitio del entretenimiento. La radio nos comunica, nos entretiene y nos acompaña. Y en estos tiempos de estado de alarma, de confinamiento y de soledad, la radio se hace más necesaria que nunca. Es el medio más escuchado. No en vano, la radio sigue siendo el medio con mayor índice de fidelidad de audiencia en todo el mundo. Hoy por hoy, la llega a todas partes, está en los hospitales, está en la cárcel, está en los surtidores y hasta en los supermercados.

Y para que todo este mundo de la radio funcione son necesarios los técnicos. Son compañeros que no se oyen a través del receptor de radio, porque no suelen ponerse al micrófono, ni tampoco, hacen entrevistas. Pero, sin ellos, la caja mágica de la radio no funciona: reparan todo lo que se rompe, llevan los mandos de la mesa de control, aguantan nuestros pequeños enfados, y ahora en este tiempo del "teletrabajo" siguen yendo a la radio para ponerla en marcha cada día. Lo hacen Enrique Domínguez, jefe técnico de Radio Huelva, Manolo Arenas, uno de los grandes técnicos de Radio Sevilla, Jorge Molina en Radio Granada o Rafa Gómez a los mandos de la Cadena SER Andalucía. Ellos, son los verdaderos artífices de que todo funcione. Por eso, ellos son también nuestros esenciales.