Buñol suspende la Tomatina 2020 por la crisis del coronavirus
Este miércoles se reúnen los grupos políticos municipales para consensuar la decisión
Juncal Carrascosa, alcaldesa de Buñol
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Valencia
El Ayuntamiento de Buñol ha decidido "por seguridad y responsabilidad" suspender la Tomatina del próximo mes de agosto, que celebraba su 75 aniversario, según ha asegurado a EFE la concejala de Turismo y Tomatina, María Vallés, quien este mismo miércoles comunicará esta decisión al resto de grupos políticos municipales ante la crisis del coronavirus.
"Es una decisión que había comunicado a mi equipo de gobierno pero falta por consensuar y corroborar con el resto de grupos políticos, con los que está previsto celebrar una reunión y sacar, posteriormente, un comunicado institucional de toda la corporación local", ha explicado.
Explica que se suspende "por la situación que hay -debido al coronavirus- y por no poder asegurar la seguridad de la que la Tomatina siempre ha hecho alarde, de que es una de las fiestas más seguras del mundo. No podemos perder esa seña de identidad por estas circunstancias".
La decisión de suspender la tradicional batalla a tomatazos que se celebra el último miércoles del mes de agosto supone, según la concejala, un "golpe muy duro" porque además este año se celebraba el 75 aniversario de esta fiesta, que desde su creación solo ha sido suspendida en una ocasión, en el año 1957 "por motivos políticos".
Este año la Tomatina, que es fiesta de Interés Turístico Internacional, llevaba como lema 'No te la puedes perder' y recuperaba su horario original a las 12 horas del mediodía. El pasado 3 de abril la concejala de Turismo de la ciudad, María Vallés, anunció que se suspendía el plazo de presentación de listas para participar como voluntario arriba del camión durante la Tomatina 2020 por el estado de alarma, pero mandó un mensaje de "tranquilidad" sobre la celebración de la fiesta.
El año pasado un total de 20.000 personas disfrutaron de la 74 edición de la Tomatina, donde se gastaron, aproximadamente 150.000 kilos de tomate, distribuidos en siete camiones. El año pasado, según el consistorio, hubo un repunte de visitantes provenientes del este de Europa, concretamente de Rusia, que se sumaron a la habitual presencia de turistas australianos.
Otras celebraciones suspendidas
Además de esta fiesta, el Ayuntamiento de Buñol también planea la suspensión de otras celebraciones previstas para los próximos meses por la crisis sanitaria, como el histórico 'mano a mano', un concierto en el que participan las dos bandas de música de la ciudad en el mes de agosto. En este caso, desde el Ayuntamiento aclaran que "todavía" no está previsto anunciar la suspensión, pero "todo indica a que, por el tipo de espectáculo que es y por la propias características de nuestras bandas de música, no se pueda realizar".
También se han suspendido las presentaciones, cabalgatas, ofrendas y desfiles de los días de las sociedades musicales y del Día de la Músicas, que también forman parte de las fiestas de Buñol. La decisión se tomó este martes por parte del gobierno local, de acuerdo con el presidente y la presidenta de ambas sociedades musicales.
Historia de la Tomatina
Esta fiesta se inició el último miércoles de agosto del año 1945. Todo comenzó cuando un grupo de jóvenes que se encontraban en la plaza del pueblo para presenciar el desfile de gigantes y cabezudos y otros actos de la fiesta, aburridos al ver cómo estaba transcurriendo la cabalgata decidieron hacerse un hueco dentro de la comitiva del desfile.
El ímpetu de los jóvenes hizo que cayera un participante que, preso de la ira, empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Por un capricho del destino, allí había un puesto de verduras que fue pasto de la multitud eufórica. La gente se contagió y empezó a tirarse tomates hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a aquella batalla vegetal.
Al año siguiente los jóvenes repitieron el altercado de forma voluntaria y llevaron los tomates de su casa y así sucesivamente a lo largo de los años. Aunque la Policía disolvió la batalla, los jóvenes de Buñol no desistieron.
La Tomatina fue prohibida a principios de los años 50 pero esto no disuadió en ningún caso a sus participantes, que llegaron a ser incluso detenidos. De hecho, en 1957 la fiesta fue cancelada y este hecho motivó la celebración del "entierro del tomate", una manifestación en la que los vecinos portaban un ataúd con un tomate dentro. El desfile se acompañó con una banda de música que interpretaba marchas fúnebres y su éxito fue total.
La presión popular hizo que el veto desapareciera y que volviera a permitirse una celebración que fue creciendo en participación.