El Stadium González Byass
El primer estadio de fútbol de Jerez, en el que llegó a jugar el legendario Zamora, estuvo en los terrenos que hoy ocupa el Hotel Sherry Park
Jerez de la Frontera
En Jerez, al referirnos al viejo estadio, pensamos automáticamente en el Domecq, el recordado y entrañable recinto deportivo en el que disfrutamos por igual de toda suerte de éxitos, fracasos, alegrías y desengaños futbolísticos durante más de medio siglo (1933-1988). Sin embargo, no todo el mundo sabe que el primer estadio con el que contó la ciudad llevaba por nombre Stadium González Byass.
Se encontraba en Villa Elena, una de las muchas fincas de recreo que existían durante el pasado siglo XX en la zona norte de la ciudad, que urbanísticamente distaba mucho de cómo la conocemos hoy día. La finca lindaba con la avenida de América (actual avenida Alcalde Álvaro Domecq) y el paseo de Lebrija (en la actualidad avenida Duque de Abrantes), y estaba delimitada por lo que hoy son las calles Caldas y Fermín Aranda. El edificio sigue en pie actualmente, justo al lado de la Moncloíta, y es propiedad del Duque de Algeciras. Sin embargo, el terreno donde estuvo en su día el estadio lo ocupan desde mediados de los ochenta el Hotel Sherry Park y la urbanización Casas del Duque.
Al estadio se accedía tanto por la avenida de América como por el paseo de Lebrija, por lo que es muy probable que el recinto deportivo se encontrara justo en la zona trasera de la casa, un amplio prado con jardines y arboleda. Según recoge Ernesto Alba en su libro "Breve historia del fúbol en Jerez", la superficie del terreno de juego era de tierra y poseía unas medidas de 100 metros de largo por 60 de ancho, lo que le permitía albergar partidos de Primera Categoría regional.
La instalación, que estaba circundada por una valla alta de mampostería y madera, disponía de localidades de general, tribuna y preferencia, en las que había cientos de asientos , palcos y galerías altas. El nombre de Stadium González-Byass, en atención al marqués de Torresoto de Briviesca, Pedro Nolasco González; se estipulaba en una de las cláusulas del contrato bajo el que la empresa bodeguera arrendaba por 100 pesetas mensuales la finca de su propiedad al Jerez F.C., responsable de sufragar las obras de remodelación y su mantenimiento.
Su inauguración oficial, el domingo 27 de marzo de 1927 a las tres y media de la tarde, supuso todo un acontecimiento social en Jerez del que se hizo eco el periódico local "El Guadalete", tal y como recoge Ramón Molina Barrios en su libro "Historias xerecistas". La crónica, en la que apenas aludía al acontecimiento deportivo y hacía hincapié casi exclusivamente en el aspecto social, destacaba que "tan pintoresco lugar ha de ser, sin duda alguna, el punto obligado de reunión de las tardes domingueras, no sólo por las personas aficionadas a este viril deporte, sino por cuantos gustan de pasar unas horas en el campo, sin otro objeto que el de disfrutar de las bellezas que nos brinda la naturaleza".
Con mayor amplitud, Rafael Romero añade en su "Historia del fútbol en Jerez" más detalles recogidos en los periódicos de la época, como que para los tiempos muertos antes, durante y después del partido "existen andenes amplios para paseo, ambigú y una magnífica esplanada".
La directiva, encabezada por el presidente deportivo, Manuel Romero Monje, había dispuesto a una persona en el campo "encarga de instruir respecto a la nueva distribución dada a las distintas localidades, al objeto de evitar en lo posible las confusiones naturales en tales casos". A este respecto, añade que "los señores socios tienen sitio fijo en la portería de preferencia donde se ha colocado un banco a todo lo largo, capaz para 125 personas. Y aquellos que deseen asiento de pista, tribuna o palco, pueden adquirirlo a su precio en taquilla, siempre que presenten el recibo del mes corriente".
A todo esto, los contendientes fueron el Jerez F.C. y el Español F.C. de Cádiz. El marcador final, 2 a 4 para los españolistas, pero pocas alusiones más hubo en la crónica al partido de fútbol. Bendijo el terreno de juego el Abad de la Colegial de Jerez, Teodoro Molina y Escribano, y la madrina fue la señorita María del Carmen Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, a quien entregaron un ramo de flores.
Se destacaba en la crónica social que "se hallaban ocupadas las localidades todas, así como los palcos. En estos había una concurrencia distinguidísima, destacándose en ella un bellísimo conjunto de enantadoras muchachas luciendo elegantes toilettes. Muchas de ellas discurrían por el stand prestando, con su asistencia a la fiesta, una simpática y atrayente nota de color". Asimismo, añadía que "cuantas personas se encontraban en la tribuna fueron obsequiadas con emparedados, mediasnoches, pastas y bombones, descorchándose no pocas botellas de los selectos vinos Tío Pepe y Solera del 47 de González Byass".
Aunque el citado recinto deportivo apenas tuvo recorrido, ya que a principios de los años 30 se inauguraría el Stadium Domecq, tuvo tiempo al menos de vivir encuentros internacionales, como el que enfrentó el 17 de abril de 1927 al Jerez F.C. y al Britannia F.C. de Gibraltar, al que derrotó por 3 a 1.
También acogió el Stadium González Byass a una leyenda del fútbol español. Ricardo Zamora, amigo personal de Romero Monje, defendió la portería xerecista un 23 de agosto de 1927 ante el Español F.C. de Cádiz.