COAG pide que se declare zona de emergencia cinegética al Altiplano ante los daños de animales en los cultivos

Jumilla

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos-Iniciativa Rural (COAG-IR) de Jumilla y Yecla han presentado un escrito a las diferentes administraciones, nacional, regional y a la local de los municipios del Altiplano, en el que afirman que ante la dura situación de daños que están provocando en la agricultura y la ganadería y el riesgo para la salud de las personas que ha provocado el crecimiento incontrolado de la fauna salvaje en la región y en especial en la comarca del Altiplano durante todo este periodo del Estado de Alarma propiciado por el Coronavirus, se declare urgentemente la ‘zona de emergencia cinegética’.

En ese escrito se refleja la indignación e impotencia de los titulares de las explotaciones agrícolas y ganaderas que, dicen, se han visto obligados a presentar una serie de propuestas para evitar los tremendos daños de índole económico, sanitario y medioambiental provocados por las especies cinegéticas, con los incrementos de costes derivados debido al aumento desproporcionado de las poblaciones, en mayor medida del conejo y el jabalí, así como otras especies de ungulados como la cabra montesa y el ciervo, que están produciendo graves daños, fundamentalmente entre las plantaciones de almendro y viñedos en un amplio territorio regional, destacando las zonas del noroeste, las pedanías altas de Lorca y en especial en el Altiplano.

En concreto, en estos municipios los daños más intensos lo están haciendo las especies de ungulados como cabra montés, ciervo, corzo, gamo común o europeo, jabalí, muflón y rebeco.

Afirman desde COAG-IR, que en Jumilla y Yecla los daños están siendo muy intensos, pudiéndose observar rebaños de estos animales en grupos de más de 20 a 30, y entre ellos la mayoría son machos, ya que en los últimos años se han desregulado de manera muy importante.

Los agricultores están sufriendo grandes destrozos en sus plantaciones y cultivos, en especial frutales, almendros y vides, quedando muy afectadas las plantaciones nuevas en las que, tras los daños provocados, las plantas acaban perdiéndose.

A COAG-IR y a la Federación de Caza de la Región de Murcia (FCRM) al margen de los daños ocasionados en la agricultura, afirman, también les preocupa que se ha creado una situación de alarma sanitaria derivada del incremento descontrolado de garrapatas en la fauna salvaje, siendo esta el reservorio de la gran mayoría de las enfermedades de carácter zoonótico.

Apuntan en el comunicado remitido a las administraciones que, en el caso de los animales de especies cinegéticas y ungulados, además del riesgo para las personas, también lo es para la ganadería. El problema que plantean las enfermedades de la fauna salvaje transmisibles a los animales domésticos es, por varias razones, muy complejo. En primer lugar, las infecciones o infestaciones que pueden ser transmitidas son relativamente numerosas y de distinta índole: virales, bacterianas o parasitarias; algunas son también transmisibles al hombre, lo cual complica más el problema.

Enfermedades de Aujeszky, Brucelosis, Tuberculosis, Sarna, Parvovirosis, son algunos ejemplos de enfermedades de animales salvajes de ungulados, y que son peligrosas tanto para las personas, sus animales domésticos, y la ganadería, al no estar controlados, y es un problema que en España y nuestra Región empieza a preocupar seriamente. Concretamente, en el caso de la comarca y los Municipios de Jumilla y Yecla, y para todas estas especies de ungulados, creen que el problema se ha ido de las manos.

Por todos estos motivos es por lo que solicitan de manera urgente a los Ayuntamientos de Jumilla y Yecla, que se inste al Ministerio y a la Comunidad Autónoma para que se declare urgentemente Zona de Emergencia Cinegética, contemplando las especies de ungulados:

• Cabra montés (Capra pyrenaica)

• Ciervo (Cervus elaphus)

• Corzo (Capreolus capreolus)

• Gamo común o europeo (Dama dama, Cervus dama)

• Muflón (Ovis musimon)

• Rebeco (Rupicapra rupicapra parva)

Y que en coordinación con las Sociedades de Cazadores de cada zona se permita la caza de las especies unguladas que no han sido recogidas aún por el Ministerio y se desarrolle, de manera inmediata, como actividad esencial y urgente para frenar el daño de los cultivos que se están sufriendo, así como los riesgos de enfermedades para la ganadería y las personas.