"Cocino bien, pero me pone nervioso hacerlo para otros"

Santander

En Hoy por Hoy Cantabria, en la Fase 1 de desescalada por la crisis sanitaria del coronavirus, hemos recuperado una sección en que hablamos de gastronomía y de comida con nuestros invitados. Por eso, esta semana hemos invitado al periodista y escritor cántabro Javier Gómez Santander, a Jugar a las cocinitas. Jefe de guionistas de la exitosa serie ‘La casa de papel’ confiesa que le encanta el arroz y que creyó que sus amigos valencianos eran “unos pesaos” hasta que fue allí y “dije no he comido arroz en mi vida”. “Yo soy maniático de los arroces, apenas los como en ningún sitio porque en general se hacen muy mal” ha aseverado rotundo.

Durante la conversación, nos ha contado que cocina cualquier cosa que se le ponga por delante, pero no es capaz de recordar una receta y tampoco le gusta cocinar para otros. “A los 18 años me fui de casa y desde entonces me alimento por mis propios medios. Cocino bien. Yo creo que la cocina consiste en que cuanto más seco y grande sea lo que vas a cocinar, más tiempo tienes que hacerlo y a partir de ahí es aplicar cierta lógica” ha explicado entre risas.

Sobre su trayectoria profesional, Gómez Santander, periodista, escritor y guionista considera que siempre se ha dedicado a generar emociones. “Yo contaba política para emocionar, creo que la clave está en eso y luego llegas a la ficción y también, porque recuerdas lo que te ha emocionado”.

Emoción, innovación y ningún prejuicio, como en sus ya famosos “partes meteorológicos” en la Sexta, donde llegó a dar el tiempo con una armadura de caballero puesta. “Por suerte no había redes sociales entonces, aunque no las miro mucho porque un impertinente contamina a 100 personas educadas”.

Por último, durante el programa, Gómez Santander nos ha contado que la cocina que más le gusta es la mexicana, que ha llegado a un “punto de colapso con la japonesa” y que le encantan las sopas que ponen en Colombia con cualquier menú,  “son maravillosas”. Para finalizar nos ha dejado una recomendación: “Estuve en un bar que cocinaban la carne en unos bidones abiertos, junto a una gasolinera. Se llamaba La mamona, un bar de carretera saliendo de Santa Marta”.